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Porfirio Díaz: uno de los presidentes más controvertidos en la historia de México

Por: Vicente Hernández

“La historia no es políticamente correcta. Los personajes históricos son seres humanos de tu tiempo, con su entorno, ideología e intereses personales. Juzgarlos no sirve de nada, solo divide, tenemos que aprender de ellos, pues el papel de la historia en el Siglo XXI, más que juez es de maestro.”
«David Granados»

Siempre que atravieso la plaza de la libertad en Tampico, me detengo unos instantes para contemplar la escultura en bronce de Don Porfirio Diaz, colocada sobre el barandal de lo que hace años fue la casa de la familia Castello, donde vivió José Castello Sala y su esposa María del Carmen Rivas, padres de Juan Bautista Castelló Rivas, quien fue tío de Carmen Romero Rubio, esposa de Porfirio Díaz, e hija de su hermana María Agustina Castelló Rivas y el político Manuel Romero Rubio, en 1908 Juan Bautista Castello asumió el cargo de Gobernador de Tamaulipas, y fue el último gobernador del período de la historia mexicana que se le conoce como Porfiriato, hasta su renuncia en 1911.

La citada escultura fue colocada siendo presidente municipal de Tampico Fernando Azcárraga López, dentro del programa “Es-Cultura” hoy día es propiedad de la Fundación Vidal Rodríguez, y en la mencionada escultura Don Porfirio parece contemplar los bellos atardeceres al poniente de la ciudad a la que tanto apoyo en su desarrollo comercial, portuario, y urbanístico, y quizás esa contemplación es muy parecida a la que hiciera aquel 31 de mayo de 1911 cuando se alejaba de las costas veracruzanas a bordo del barco Ypiranga, desde donde dirigió este mensaje a los veracruzanos que fueron a despedirle “Al abandonar este rincón querido del suelo mexicano, llevo la inmensa satisfacción de haber recibido hospitalidad en este noble pueblo y esto me satisface doblemente porque he sido su representante en el Congreso de la Unión. Al retirarme guardo este recuerdo en lo más íntimo de mi corazón y no se apartará de él mientras yo viva” para enseguida partir rumbo al exilio en Europa, más precisamente en Francia, donde murió el 2 de julio de 1915.

Como bien dice el historiador tampiqueño David Granados en su cita al inicio de este escrito: “La historia no es políticamente correcta…” a la cual yo agregaría otra frase atribuida a George Orwell: “La historia la escribe el vencedor” de tal forma que al triunfo de la Revolución Mexicana con francisco I. Madero a la cabeza, se pretendió borrar la época del porfiriato con todo lo bueno y malo que durante esa época aconteció, y en especial denostar la figura de Porfirio Diaz, que si bien fue un dictador por su prolongada permanencia en el poder, fue un presidente que modernizo al país y lo saco del rezago social que vivió desde la independencia, así que en el presente texto expongo un poco del claroscuro que rodea a su figura.

Es por todos sabido que Porfirio Díaz Mori, fue presidente de México de 1876 a 1880, y nuevamente de 1884 a 1911, y sigue siendo una figura controvertida en la historia del país, su periodo de gobierno conocido como el Porfiriato, se caracterizó por una serie de políticas que buscaron modernizar y estabilizar la economía mexicana, pero que también generaron gran desigualdad y represión.

Durante su mandato, Díaz implementó una serie de reformas que atrajeron inversión extranjera y fomentaron la industrialización y el desarrollo económico del país, se construyeron ferrocarriles, se ampliaron las redes de comunicación y se establecieron industrias manufactureras, sin embargo, estos logros vinieron acompañados de una gran concentración de la riqueza en manos de una élite privilegiada, mientras que la mayoría de la población vivía en la pobreza.

El Porfiriato también se caracterizó por una fuerte represión política y social, el presidente Díaz gobernó con mano dura, suprimiendo cualquier forma de oposición y limitando las libertades civiles, en tanto la prensa fue censurada, los opositores políticos fueron perseguidos y encarcelados, y las comunidades indígenas y campesinas fueron despojadas de sus tierras y derechos.

Fue en 1910, el año que estallo la Revolución, que puso fin al Porfiriato y obligó a Díaz a exiliarse en Francia, lo que la revolución buscaba era acabar con la dictadura, y establecer un gobierno más justo y democrático, y aunque el Porfiriato logró modernizar la economía mexicana, su legado está marcado por la represión y la desigualdad.

En la actualidad, el legado de Porfirio Díaz sigue siendo objeto de debate y reflexión, algunos lo ven como un líder que logró estabilizar y modernizar la economía mexicana, mientras que otros lo consideran un dictador que oprimió a la mayoría de la población, Independientemente de la perspectiva, es innegable que el Porfiriato fue un período clave en la historia de México, que sentó las bases para los desafíos y oportunidades que enfrenta el país en la actualidad, cabe recordar que con la construcción de las vías férreas, los ferrocarriles facilitaron el comercio en el país, así como el mejoramiento del comercio, y estimuló la apertura de nuevas fábricas, también se impulsó la industria minera mediante la inversión de capital extranjero, se introdujo nueva tecnología y con ella el progreso de Mexico.

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