Congreso

Eva Reyes pide atender crisis migratoria y proteger derechos de familias mexicanas

Por Margil Zapata.

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La diputada local Eva Reyes González, representante del distrito VI con cabecera en Reynosa y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, hizo un llamado a atender de forma urgente la crisis migratoria en la frontera, al tiempo que criticó la falta de un enfoque humanitario en las políticas migratorias de Estados Unidos.

En entrevista desde el Congreso del Estado esta semana, Reyes González destacó su trabajo en favor de los derechos humanos de migrantes mexicanos, recordando su labor pionera en la protección de connacionales en una ciudad fronteriza, con el apoyo del activista Arturo Solís. Señaló que muchas de estas personas enfrentan separación familiar, una situación que describió como «brutal y profundamente dolorosa», con impactos en lo emocional, económico y laboral.

La legisladora expresó su preocupación por el clima de tensión creciente en la frontera tamaulipeca, donde se han registrado hechos inusuales como explosiones de automóviles, lo que ha generado temor entre la población. Ante ello, pidió a las autoridades mantenerse vigilantes y rechazar cualquier intento de intervención que ponga en riesgo la estabilidad de la región.

Además, subrayó la importancia de visibilizar la cultura migrante mexicana, especialmente en ciudades como Los Ángeles, donde persiste un fuerte arraigo comunitario.

«Hay que recordar lo que no debemos volver a permitir: que se ignore la dignidad y el arraigo de nuestras familias», enfatizó.

Finalmente, parte de las acciones ciudadanas, Reyes informó que este sábado se realizará una marcha en Reynosa convocada por un grupo de oración y una casa de oración al aire libre. El objetivo del evento es promover la armonía y la paz entre México y Estados Unidos, en medio de un ambiente que calificó como de tristeza generalizada.

«Esta marcha busca ser un acto de unidad y esperanza. La frontera no debe ser un lugar de dolor, sino un espacio de encuentro y respeto mutuo», concluyó.

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