Por Redacción Sentido Común.
Ciudad de México, 28 de mayo de 2025. — La incertidumbre y el temor se apoderan de estudiantes internacionales, entre ellos jóvenes mexicanos, tras las más recientes decisiones de la administración del expresidente estadounidense Donald Trump que amenazan su permanencia y acceso a universidades de élite como Harvard.
Javier, un estudiante mexicano de posgrado en la Universidad de Harvard, relata con frustración cómo las restricciones migratorias y la creciente hostilidad hacia los alumnos extranjeros afectan su estabilidad académica y emocional. “Es una situación frustrante, de mucho estrés. Cada día evolucionan las cosas de una manera alarmante”, expresó en entrevista telefónica, solicitando el anonimato por temor a represalias.
La tensión escaló tras conocerse la nueva orden del Gobierno estadounidense que instruye a sus embajadas a nivel global suspender entrevistas para la expedición de visas F, M y J, esenciales para estudiantes académicos, vocacionales y de intercambio. Esta medida impacta a miles de jóvenes, incluidos los más de 15 mil mexicanos que cursan estudios en universidades de Estados Unidos.
El impacto fue particularmente fuerte en Harvard, donde el Departamento de Seguridad Nacional intentó revocar su certificación para inscribir estudiantes internacionales, como parte del programa Student and Exchange Visitor Program (SEVP). Aunque una jueza federal bloqueó temporalmente la medida, el riesgo persiste.
“Una compañera centroamericana vendió todo para pagar la colegiatura y no sabe qué pasará”, comentó Sofía, otra estudiante mexicana que se prepara para viajar a Boston. “Son días de incertidumbre extrema”.
México ocupa el segundo lugar entre los países con mayor número de estudiantes en EE.UU. Tan solo en marzo de este año, el Gobierno estadounidense otorgó 3,462 visas estudiantiles a ciudadanos mexicanos.
El ambiente en los campus también ha cambiado. Las universidades, incluidas Harvard y Columbia, enfrentan presiones del gobierno de Trump para eliminar iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, mientras crecen las acusaciones de supuesta permisividad ante expresiones consideradas antisemitas durante protestas pacíficas contra la guerra entre Israel y Hamas.
“Desde que llegué a Harvard, había protestas, pero yo sólo observaba. Nunca me involucré”, señala Javier. “Ahora siento que nos están usando como carne de cañón político”.
Autoridades universitarias han expresado su respaldo. El presidente de Harvard, Alan M. Garber, afirmó: “Bajo ninguna circunstancia abandonaremos a nuestros estudiantes internacionales”.
Sin embargo, el miedo es palpable. Estudiantes temen represalias, pérdida de becas, restricciones migratorias o incluso ser obligados a abandonar sus estudios. “Nos aconsejan llevar siempre todos los documentos, porque ahora es probable que nos los pidan”, contó una estudiante mexicana.
La situación refleja un creciente choque entre los valores de apertura académica y las políticas restrictivas impulsadas por sectores del gobierno estadounidense, que amenazan los sueños y esfuerzos de jóvenes que, como Javier y Sofía, han trabajado durante años para alcanzar una formación en las universidades más prestigiosas del mundo.
