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El Congreso pisó fuerte en Nuevo Laredo

Sin Filtros; por Brenda Ramos

El Congreso de Tamaulipas se trasladó a Nuevo Laredo, y con ello dejó claro que el poder legislativo se mueve, se planta y marca territorio. Además, nos brindó múltiples lecturas: acercamiento ciudadano, mensaje institucional, presencia en una ciudad clave y, sobre todo, una demostración de control, organización y operación política. Lo que se dijo en tribuna importa mucho, pero lo que representa este movimiento en términos de posicionamiento da un adelanto de cómo se dibuja el mapa político que se está configurando en el estado.

Desde el escenario del Centro Cultural, el presidente de la Junta de Gobierno, Humberto Prieto Herrera, marcó el tono del evento: unidad, apertura y rendición de cuentas. Bajo su conducción, el Congreso dejó claro que la política no solo se ejerce desde la tribuna, sino también en la ruta, en el encuentro directo con los ciudadanos. Con una agenda cargada y bien estructurada, Humberto no solo mostró oficio parlamentario, sino también capacidad de organización y firmeza en los acuerdos. El mensaje que dejó es claro: el Poder Legislativo tiene brújula. El cargo de la presidencia del Congreso no le quedó grande a Prieto; al contrario, cada semana sorprende con sus buenas estrategias y total y absoluto liderazgo del poder legislativo.

Ahora bien, Nuevo Laredo no fue elegido al azar. Es la ciudad más alejada de la capital, sí, pero también uno de los motores económicos del estado. Y hoy, una plaza política bien cuidada por la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas. Su papel como anfitriona no solo fue institucionalmente impecable: abrió espacios, facilitó el terreno y acompañó las actividades del Congreso con una visión clara de colaboración entre poderes. Sin necesidad de acaparar reflectores, dejó ver que su liderazgo en la ciudad se ejerce con firmeza, pero también con resultados.

Más allá de la sesión formal, la visita incluyó actividades que fortalecen la legitimidad territorial del Congreso: desde honores a la bandera junto al Cabildo y la alcaldesa, hasta un desayuno estratégico con agentes aduanales, donde se habló del potencial económico de la ciudad y la aduana modelo que se avecina. También se realizaron brigadas médicas en la UAT, mostrando que el Congreso no sólo legisla, sino que también se involucra en el tejido social. Como testigo de la inauguración de la Infoteca Sor Juana Inés de la Cruz, Prieto firmó un convenio de colaboración con el municipio para compartir acervos digitales, sumando contenido a los hechos.

Durante la sesión, se aprobaron reformas relevantes que no pasaron desapercibidas. Una de ellas: la modificación constitucional en materia de simplificación administrativa y digitalización. Con esto, Tamaulipas se alinea a una ruta nacional que, apuesta por gobiernos más ágiles, menos burocráticos y con servicios digitales a la altura de los tiempos. La reforma fue avalada por unanimidad, y marca un precedente que podría cambiar la forma en que interactuamos con el gobierno.

También se aprobó el calendario de comparecencias del gabinete estatal, con un enfoque poco común en otros tiempos: asistirán todos los secretarios, sin excepciones ni evasivas. Lo que antes se evitaba, ahora se convierte en norma. La rendición de cuentas será tanto en comisiones como en el Pleno, y con preguntas abiertas a todos los legisladores, incluidas las voces de oposición. El Congreso apuesta por la transparencia, y esa apuesta se sostiene en los hechos, no en discursos vacíos.

Además, el paquete legislativo abordado en esta sesión reflejó una agenda de sensibilidad social: estímulos fiscales para empresas que contraten a personas liberadas del sistema penitenciario, nuevas disposiciones legales contra la violencia vicaria, protección especial a la niñez migrante y penas por fraude en comercio electrónico. Son reformas que no ganan votos a gritos, pero que tienen impacto real en comunidades que suelen estar al margen del discurso político.

Entre los gestos políticos que dejó la jornada, vale la pena mencionar el reposicionamiento de varios perfiles legislativos. Sergio Ojeda y Ana Laura Huerta, con la apertura de sus casas de gestión, sumaron presencia en tierra. Humberto Prieto no solo mantuvo el control de la sesión, sino que se consolidó como un operador capaz de construir acuerdos sin estridencias, pero con resultados.

Y así, entre dictámenes, recorridos, convenios y tribunas, el Congreso de Tamaulipas se hizo presente en una de las ciudades clave del estado. Una sesión que se convirtió en escenario de muchos mensajes. Porque cuando el poder se mueve, lo hace con intención. Y esta Legislatura parece tener claro que, en política, estar presente también es una forma de mandar señales.

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