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Un día caótico para Makito

Fuentes fidedignas. Por : Isaías Álvarez

Mientras la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, realizaba su recorrido por el Centro de Atención a Migrantes en Reynosa el día de ayer, quedó en evidencia que el presidente municipal, Carlos Peña Ortiz, no solo está desconectado de la coordinación migratoria, sino que también enfrenta un creciente conflicto con los comerciantes locales.

Desde antes de la rueda de prensa, la diferencia entre las autoridades presentes fue evidente. Mientras la comitiva federal y estatal supervisaba los módulos del campamento migrante, Makito y José Ramón Gómez Leal se mostraban desubicados, sin saber qué hacer ni dónde colocarse, como niños perdidos en Soriana. En el caso del alcalde, ni siquiera la decena de empleados que llevó, pudo evitar que su equipo se viera como gallinas sin cabeza, desorganizado y sin rumbo. Estos al percatarse de la presencia de un servidor, casi jalan al alcalde para que se incorporara a una foto: la del boletín que sacaron.

A esto se suma que la secretaria de Gobernación se llevó consigo información que sin duda pesará en su percepción del gobierno municipal.

Mientras se hablaba de la estrategia “México Te Abraza” para atender a los repatriados, otro grupo de ciudadanos exigía atención en la plaza principal. Comerciantes informales se manifestaron pacíficamente frente al ayuntamiento tras un incremento desmedido en las cuotas de “piso”, que pasaron de 108 pesos a casi 500 pesos diarios en el último mes.

Este cobro, orquestado desde el municipio, golpea directamente a quienes dependen del comercio informal para subsistir. La protesta, lejos de encontrar una solución rápida, solo exhibió la falta de capacidad de respuesta del gobierno local. Carlos Peña, en lugar de enfrentar el problema, envió a su secretario del ayuntamiento, Antonio de León, para intentar calmar los ánimos. Sin embargo, el intento fracasó; tuvieron que pasar varias horas para que les dieran una prórroga, pero el alcalde en ningún momento dio la cara, al contrario, se escondió en un estacionamiento aledaño a presidencia.

Para dificultar la manifestación, comerciantes denunciaron que el gobierno municipal utilizó a la policía vial (antes Tránsito) para bloquear calles aledañas e impedir que llegaran al ayuntamiento, además de realizar detenciones arbitrarias. Como si esto no fuera suficiente, al tiempo de la manifestación, a los del ayuntamiento se les ocurrió prender una grúa «disque» para agregar adornos al pino, pero fue más para silenciar y censurar a los comerciantes. Los organizadores afirman que también recibieron amenazas y han sido amedrentados en redes sociales, intimidación que, lejos de disolver la protesta, ha incrementado la indignación entre los comerciantes afectados.

En un solo día, Carlos Peña dejó en evidencia su falta de liderazgo en dos frentes: primero, en el evento oficial, su descoordinación contrastó con la estructura del gobierno federal y estatal; segundo, en las calles de Reynosa, su administración es señalada por el abuso de cuotas a comerciantes y su incapacidad para resolver conflictos sociales, entre muchas otras cosas.

Lo sucedido ayer en Reynosa es un recordatorio de que un alcalde que no tiene control sobre su propio gobierno, difícilmente podrá gobernar con estabilidad. Y mientras las autoridades estatales y federales hacen su trabajo, en Reynosa, la falta de liderazgo municipal sigue latente, como en los últimos 9 años.

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