Por Óscar Aldrete
Politólogo.
Es tan burdo y predecible el accionar del llamado «makiato» en cuanto a «estrategias» políticas electorales, que se pierde la esencia de la investigación aguda y analítica del análisis político.
Maky Esther, sin rubor alguno, divulga a través de sus súbditos «periodistas» que el partidazo Verde Ecologista, que de ecologista no tiene nada, la designó como aspirante a la gubernatura en 2028. ¡Hágame usted el recarbon favor!
Resulta inverosímil, pero el trasfondo tenebroso es apostarle a una eventual salida del actual gobernador tamaulipeco, Américo Villarreal Anaya, antes de concluir su periodo para el que fue votado por cientos de miles de tamaulipecos en 2022.
Les invito a leer e interpretar la Constitución Política de Tamaulipas en torno a esa lejana posibilidad.
Porque, ¿qué trascendencia tiene que la franquicia minoritaria la promueva a esa supuesta candidatura, si es sabido que sería una participación testimonial, con una cantidad mínima de votos? Y si la lúcida idea es presionar desde el Verde a Morena para que la postule en una coalición o candidatura común, es una reverenda estupidez, sin argumentos sólidos, solo la calentura febril que distingue a Maky Esther.
El Geño Hernández y Maky Esther fueron arrasados en la pasada contienda al Senado nacional por Morena y el PAN. La pobre votación obtenida en Tamaulipas por ambos es el reflejo claro de su realidad actual.Nada ahí por allí, dirían los clásicos.
En Reynosa, Tamaulipas, encandila el llamado «Makito» a Juan Carlos Zertuche para que inicie un periplo por algunos tianguis de la CD con el febril interés de ser candidato a la alcaldía por la emergente fuerza política MC, anteriormente Convergencia por la Democracia.
Estos movimientos, muy poco avispados, nos dejan en una posición de surprised, what’s happening? Pues, ¿qué pasa y os sucede?Reitero que, con estas sesudas maniobras, no ameritan ni obligan al análisis del entramado político-electoral con seriedad.
