Fuentes fidedignas. Por: Isaías Álvarez
“El que no sale a caminar su estado, no gobierna: administra desde la lejanía.”
En política, hay dos tipos de gobernantes: los de escritorio y los de territorio. Los primeros dirigen con gráficos, estadísticas y conferencias desde la comodidad de una oficina; los segundos, conociendo de primera mano las necesidades de la gente, pisando el polvo de las calles y escuchando el pulso ciudadano. Américo Villarreal Anaya ha dejado claro que pertenece a este segundo grupo. Su gira por la frontera no es solo una serie de eventos protocolarios, sino un mensaje contundente: el gobierno no se construye desde la distancia, sino en el contacto directo con la realidad.
Tamaulipas es un estado con cicatrices, marcado por años de gobiernos que lo administraron como si fuera un negocio particular. Se acostumbró a mandatarios que visitaban las ciudades en tiempos de campaña, pero que después solo las veían desde el helicóptero. En contraste, Américo Villarreal está aplicando un modelo distinto: uno en el que el gobernador recorre su territorio, supervisa obras en persona y encabeza reuniones de seguridad cara a cara con los mandos locales. En Reynosa, presidió la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, una señal clara de que no basta con delegar el tema de la seguridad: hay que involucrarse. La estrategia de seguridad en la frontera no es un simple plan de escritorio, sino una labor en campo. Se reforzó la presencia de fuerzas estatales, se coordinó el trabajo con la federación y se establecieron puntos estratégicos de vigilancia.
Gobernar también es darle herramientas a la gente para salir adelante, y aquí es donde la reindustrialización de Tamaulipas toma protagonismo. Con la colocación de la primera piedra de la Planta de Fertilizantes en Reynosa, se está construyendo un nuevo eje de desarrollo para el campo tamaulipeco, uno que permitirá la producción de urea y amoníaco, reduciendo la dependencia de insumos extranjeros. No es un proyecto menor: se trata de un movimiento estratégico que fortalece el liderazgo de Tamaulipas en la industria nacional. Con empresas como Trifertitam y el apoyo de inversionistas visionarios, esta planta no solo generará empleos en la frontera, sino que hará más competitivo al sector agrícola de todo el país.
Históricamente, nuestro estado ha sido visto como un territorio proveedor de recursos en bruto, sin valor agregado. Vendemos petróleo, exportamos energía, enviamos gas a otras regiones, pero las ganancias de la transformación industrial se quedan en otro lado; Américo Villarreal ha dicho que eso tiene que cambiar. Tamaulipas no puede seguir siendo solo la fuente de materia prima para que otros se enriquezcan; tiene que convertirse en el actor principal de la nueva era industrial del país. Con más de 8,400 megawatts generados, es ya el primer productor nacional de energía, además de contar con vastos yacimientos de gas en la Cuenca de Burgos. La relación estratégica con Estados Unidos permite acceder a recursos en condiciones competitivas, y el gobierno estatal apuesta por que esta ventaja se traduzca en empleos, inversión y crecimiento sostenido.
Si algo ha demostrado esta gira es que Tamaulipas tiene un gobernador de territorio, no de oficina. La presencia de Américo Villarreal en cada uno de los puntos clave de la frontera refuerza la idea de que la Cuarta Transformación en el estado no se trata de discursos, sino de hechos. Las decisiones de un gobernador no se toman en un escritorio aislado, sino conociendo el terreno y mirando a quienes representan a la población. Porque quien no camina su estado, no lo gobierna: lo administra desde la lejanía. Hoy, Tamaulipas parece avanzar con un gobierno que no le teme a la calle, que no le huye a los problemas y que, sobre todo, entiende que la única forma de transformar la realidad es tocándola con las propias manos. Después de todo, el propio Gobernador mencionó que es bienvenida la crítica, en el día del periodista; esto incluye también la de la población y lo mejor, tienen la oportunidad de decirla de frente.
