La alianza que ya no se puede ocultar
Carlos Peña y Cabeza: mismos discursos, misma estrategia
Fuentes fidedignas. Por: Isaías Álvarez
Carlos Peña Ortiz, ha dejado claro que la coherencia no es su fuerte. El pasado 15 de enero, sus declaraciones a favor de que Donald Trump “ayudara” en el combate al crimen organizado y a reducir el tráfico de personas en México fueron un balde de agua fría para quienes esperaban lealtad y claridad de parte de un político morenista. Pero la historia no terminó ahí, pues cual cobarde, el alcalde corrió el día de hoy al programa de Azucena Uresti a desmentirse, recular y culpar a los periodistas por “sacarlo de contexto”.
«No pos eso nunca lo he dicho, la verdad…», comenzó diciendo Peña Ortiz, titubeante y evidentemente incómodo, mientras una voz le soplaba lo que debía responder a la entrevista telefónica. En su intento por salvar su pellejo político, el alcalde aseguró que su postura era simplemente a favor de la coordinación, no de la intervención. ¿Y qué hay de sus declaraciones iniciales? Esas que, palabras más, palabras menos, colocaron la soberanía de México a los pies de Donald Trump. La falta de memoria política no solo lo deja mal parado, sino que exhibe su evidente desconexión con la narrativa sobre la soberanía de la nación de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La pregunta que nadie puede evitar hacerse es: ¿Quién le escribe el guion a Carlos Peña Ortiz? ¿Sería el exgobernador el que le estaba “soplando” las respuestas en la entrevista? Las similitudes con Francisco García Cabeza de Vaca son más que obvias. Ambos políticos tamaulipecos, a la par salieron en defensa del discurso intervencionista de Trump, como si rendir pleitesía al vecino del norte fuera el único camino para solucionar los problemas de seguridad en México. Cabeza de Vaca, hace años, se mostró dispuesto a todo por congraciarse con los gringos, mientras dejaba a Tamaulipas en un caos financiero y político. Ahora, Peña Ortiz parece caminar por el mismo sendero, marcando el paso que su predecesor le dicta desde las sombras.
No es coincidencia que ambos personajes, que presumen estar en trincheras opuestas, coincidan en tono y discurso. La narrativa de Peña Ortiz no solo es contradictoria, sino que revela lo que les hemos estado diciendo durante meses: hay una alianza entre los Peña Ortiz y los Cabeza de Vaca, una conexión que intenta disfrazarse pero que se deja ver cuando ambos salen a escena con palabras casi calcadas. Mientras Cabeza vocifera desde su exilio en Estados Unidos, Peña Ortiz tira la piedra y esconde la mano con sus declaraciones.
Y mientras tanto, el pueblo de Reynosa, que ya enfrenta múltiples situaciones en lo que se imagine, tiene que cargar con el peso de un alcalde que no solo daña su propia imagen, sino que utiliza recursos públicos para intentar revertir sus «embarradas». Según un comentario viral en redes sociales, las aclaraciones del alcalde en entrevistas como la de Azucena Uresti le cuestan al pueblo 250 mil pesos, una cifra simbólica que, en realidad, representa el desgaste de su imagen y liderazgo.
Sin embargo, Claudia Sheinbaum ha sido contundente: cualquier mexicano que avale o celebre una intervención extranjera es un traidor a la patria. En un país donde la soberanía no es negociable, las acciones de personajes como Peña Ortiz y Cabeza de Vaca no tienen cabida. Desde Palacio Nacional, la presidenta ha dejado claro que no tolerará a quienes utilizan sus cargos públicos como plataformas para debilitar al país y luego buscar refugio en el extranjero.
Desde los rumores que corren en los pasillos del poder se habla de un posible cambio en las requisitos para ocupar cargos de elección popular o plurinominal, exigiendo que quienes aspiren a estos no tengan doble nacionalidad. Esto evitaría que políticos como Peña Ortiz o Cabeza de Vaca, tras saquear recursos públicos, huyan al extranjero para atacar al país desde la comodidad de su refugio norteamericano. Si se concretan estas reformas, será una victoria contra quienes, con discurso soberano de día y pleitesía de noche, dañan a México.
Es evidente que Carlos Peña Ortiz tiene aspiraciones a la gubernatura de Tamaulipas, y claro, Cabeza de Vaca le va mostrando el camino para lograrlo. Desde rendir sumisión a los gringos hasta refugiarse en medios nacionales para justificar sus actos, Peña Ortiz sigue cada paso del manual de su maestro. Cabeza corría con Ciro Gómez Leyva; Peña Ortiz lo hace con Azucena Uresti. Pero como bien dicen, nada pasa igual dos veces, y en este caso, seguir las instrucciones de Cabeza no garantizan el éxito de Peña.
Y si bien, Peña Ortiz podrá intentar corregir sus errores en entrevistas pagadas, culpar al periodismo y hasta fingir desmemoria, la realidad es que ha quedado exhibido. Su intento por alinearse con una narrativa conservadora y golpista lo coloca como un traidor a los ideales que Morena representa.
El tiempo pondrá a cada quien en su lugar, mientras tanto, los actores políticos y la crítica regional y nacional ya vieron quién está del lado de la soberanía y quién se ha entregado a los intereses extranjeros. Para la presidenta, Carlos Peña Ortiz ha pasado a la lista de los traidores a la patria.