El espejo de dos lados
Sin Filtros; por Brenda Ramos
El 2 de enero nos pone frente a un espejo que no miente, pero que siempre muestra dos caras: lo que se promete y lo que se cumple. En la política, esta dualidad es inevitable. Por un lado, discursos llenos de esperanza, unidad y grandes visiones para el futuro; por el otro, realidades que a menudo revelan prioridades muy distintas.
Hoy, ese espejo nos invita a mirar con atención. Nos encontramos evaluando si las promesas de nuestros gobernantes se han traducido en resultados concretos. ¿Se ha avanzado en seguridad, salud o educación? ¿O seguimos viendo cómo los políticos se enfocan más en sus agendas personales que en las necesidades de la ciudadanía?
Sin embargo, hay señales que nos hacen pensar que la unión puede ser genuina. En Reynosa, por ejemplo, los diputados locales han decidido celebrar el Día del Periodista unidos, dejando claro que la fortaleza está en la cohesión. Ya lo había mencionado nuestro compañero Isaías Álvarez: esta unidad es el contrapeso al cacicazgo que durante cuatro administraciones ha intentado perpetuarse en la ciudad. Frente a esa unión sólida y sincera, ese grupo no podrá vencer. Quien lleve las riendas de Reynosa en el futuro saldrá de esta corriente política, respaldada por el gobernador Américo Villarreal, a la cual también pertenece Marcelo Olán Mendoza, jefe de la Oficina Fiscal, quien en diciembre también mostró apertura al reunirse con la prensa en una agradable posada.
Por otro lado, la cara más humana del espejo la encontramos en acciones como las del periodista Hugo Reyna. Este diciembre, sin necesidad de un cargo público ni una motivación política, llevó alegría y juguetes a los niños de Reynosa. Su gesto nos recuerda que el impacto no siempre viene de quienes tienen poder, sino de quienes tienen corazón.
Que este 2 de enero no nos haya llegado como una fecha más; es un recordatorio de que la política tiene dos caras. Una es la que los políticos quieren que veamos: proyectos ambiciosos y frases inspiradoras. La otra, más cruda, es la que exige nuestra atención: resultados tangibles, transparencia y coherencia entre el decir y el hacer.
Que este año nos encuentre no solo observando, sino actuando. Porque si queremos un reflejo más claro y honesto en el futuro, debemos aprender a no aceptar imágenes distorsionadas hoy.