Por Redacción Sentido Común.
Ciudad de México.- El pasado viernes 17 de enero, un operativo policial llevó al desalojo de la fábrica de grasa de zapatos de la famosa marca El Oso, ubicada en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. La fábrica, que se encontraba en la avenida Popocatépetl 145, en la colonia Portales Sur, estuvo bajo la mira de las autoridades por cuestiones relacionadas con el incumplimiento de normativas y posibles irregularidades en sus operaciones.
La empresa, conocida por su larga tradición en la fabricación de productos de cuidado de calzado, fue fundada hace más de un siglo y sigue siendo un referente en el mercado mexicano. Alberto Pérez Lozano, nieto del fundador original, es actualmente quien dirige la marca, representando la tercera generación de la familia al frente de la compañía.
A través de sus canales oficiales, el pasado 18 de enero, El Oso emitió un comunicado en el que expresó su descontento por la situación, mencionando que a lo largo de sus 107 años de historia han demostrado un compromiso intachable con el país y con sus clientes. En el mensaje, la empresa denuncia que su desalojo es resultado de extorsiones del crimen organizado, competencia desleal y corrupción en las autoridades locales. Además, se comprometieron a seguir adelante con su legado, asegurando que “no se rendirán” y que continuarán trabajando por más de 100 años.
Finalmente, el caso ha desatado controversia en la opinión pública, generando una discusión sobre las condiciones laborales y el entorno empresarial en la Ciudad de México, en donde la competencia y los desafíos regulatorios se suman a la compleja situación de las pequeñas y medianas empresas.
