Las licencias permanentes
Fuentes fidedignas. Por: Isaías Álvarez
Desde que el presupuesto de Tamaulipas para 2025 fue presentado, los números han estado en la mira, no porque no sean claros, sino porque la política de algunos requiere ensombrecer hasta lo evidente. El paquete económico, defendido con solidez por la secretaria de Finanzas, Adriana Lozano Rodríguez, es un ejercicio de estabilidad financiera y compromiso social. Pero claro, eso no basta para quienes han hecho de la confusión su herramienta favorita.
Con un monto de 77 mil 363 millones 520 mil 638 pesos, este presupuesto no incluye nuevos impuestos ni aumentos en los ya existentes, una noticia que debería ser celebrada en un contexto donde la mayoría de los estados enfrentan presiones fiscales. Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar. Encabezadas por figuras como Ismael García Cabeza de Vaca, las acusaciones de endeudamiento estatal sonaron como una canción que ya nadie quiere escuchar.
Lozano, con la tranquilidad que da el tener los pelos de la burra en la mano, como dicen en mi rancho, desmontó cada una de estas críticas. Tamaulipas, dijo, no solo ha mejorado su calificación crediticia, sino que ha logrado renegociar su deuda pública en términos que cualquier administración envidiaría. La verdad es esta: mientras unos buscan protagonismo mediático, otros construyen confianza con resultados visibles.
Pero la historia no termina ahí. Las licencias de manejo permanentes, una medida que simplificó la vida de miles de tamaulipecos al eliminar la necesidad de refrendos periódicos, fueron objeto de desinformación. Se difundieron rumores sobre su eliminación en 2025, un ejemplo claro de cómo el ruido político de los adversarios busca empañar lo que funciona bien.
Adriana Lozano no dejó pasar el ataque. En redes sociales, con un mensaje contundente, aclaró que las licencias permanentes seguirán vigentes el próximo año: “Para el año 2025, la licencia de conducir seguirá siendo permanente. ¡No te dejes engañar!” Una frase que no solo desmiente, sino que señala de manera implícita a quienes, incapaces de ofrecer algo mejor, se dedican a confundir.
Y es que el problema de algunos actores políticos no es la falta de información, sino su incapacidad para proponer. Porque, aunque criticar es fácil, construir requiere algo más que señalamientos. Mientras Lozano trabaja para mantener la estabilidad fiscal del estado, implementa programas como el canje de placas con descuentos para contribuyentes cumplidos y asegura un presupuesto sin nuevas cargas fiscales, otros -como el hermano lelo- se dedican a sembrar dudas e intentar desacreditar el trabajo de los demás.
Lo más curioso es que, en su intento por golpetear, terminan por resaltar el contraste. Por un lado, una secretaria que entrega resultados claros y medibles; por el otro, un diputado cuya crítica suena tan ‘bofa’ como toda su carrera política.
El presupuesto 2025 no solo garantiza la continuidad de programas fundamentales para el desarrollo de Tamaulipas, sino que refuerza la idea de que es posible gobernar con responsabilidad. Sin embargo, la discusión sobre este tema no debería centrarse en rumores o ataques, sino en lo que verdaderamente importa: los beneficios para los tamaulipecos.
Mientras algunos gritan desde la banca, Adriana Lozano sigue trabajando. Porque la política, como diría alguien más sabio, no se trata de quién habla más fuerte, sino de quién hace que sus acciones resuenen. Y en Tamaulipas, los números no solo están claros, sino que también cuentan una historia de progreso.
¿Qué dirán ahora los críticos? Probablemente sigan buscando ángulos para desacreditar. Pero en este caso, los hechos ya hablaron. Y la verdad, como las cifras, no necesita defensa cuando es sólida.
Adriana Lozano, con su capacidad para responder con resultados, está dejando una impresión que va más allá de las cifras. Y aunque su presente está marcado por estabilidad, no sería extraño verla escribiendo otros capítulos importantes en la historia de Tamaulipas.