Un dirigente de las bases: La importancia de la visita de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán a Tamaulipas
Visión estratégica; por Gastón Arriaga Lacorte
La visita de Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, y Andrés Manuel López Beltrán, hijo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, a Tamaulipas no es un hecho menor. Este evento no solo refleja la relevancia estratégica del estado para el proyecto de la Cuarta Transformación (4T), sino que también pone sobre la mesa un tema crucial para el futuro de Morena: la elección de un liderazgo auténtico, emanado de las bases y comprometido con los ideales que dieron origen al movimiento.
Tamaulipas, un bastión político que ha abrazado el cambio y los principios de la 4T, se encuentra en una encrucijada. En este contexto, la presencia de figuras clave del gobierno y del círculo cercano al ex presidente y principal fundador del partido simboliza algo más que respaldo: es un llamado a fortalecer el movimiento desde adentro, privilegiando a quienes han construido Morena desde el territorio.
El mensaje de Alcalde y López Beltrán se lee como un recordatorio de que la 4T no se trata solo de gobernar, sino de preservar la esencia de un movimiento nacido desde abajo. Morena es un partido que surgió de las luchas populares, de los ciudadanos que, con esperanza, apostaron por un cambio profundo y real en el país. Por ello, es imperativo que la dirigencia partidista en Tamaulipas no sea entregada a intereses externos o figuras que no representen los ideales fundacionales.
Elegir un dirigente emanado de las bases de Morena no solo garantiza continuidad en los valores del movimiento, sino que también fortalece el vínculo con la ciudadanía. La militancia morenista en Tamaulipas ha demostrado su capacidad de organización, compromiso y cercanía con las necesidades del pueblo. Son ellos quienes mejor entienden los retos del estado y quienes tienen la legitimidad moral para liderar los esfuerzos de transformación local.
Un líder surgido de las bases tiene la ventaja de conocer de primera mano las demandas sociales, de haber trabajado en las calles, en las comunidades, y de haber enfrentado las adversidades que conlleva construir un movimiento desde cero. Estas cualidades son imprescindibles para consolidar la transformación en un estado donde aún persisten rezagos históricos y resistencias al cambio.
La visita de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán también es una oportunidad para recordar que la Cuarta Transformación es un proyecto que va más allá de personas o liderazgos individuales. Es un compromiso colectivo con la justicia social, la honestidad y el combate a la corrupción. Por ello, el dirigente de Morena en Tamaulipas debe ser alguien que encarne estos principios, que inspire confianza y que sea un vínculo directo entre el partido y la ciudadanía.
En un momento en que Tamaulipas tiene la oportunidad de consolidar su papel en la transformación nacional, la elección de un dirigente comprometido y auténtico será clave. La militancia de Morena en el estado tiene en sus manos la posibilidad de decidir el rumbo del partido y de fortalecer el proyecto que millones de mexicanos eligieron como su esperanza de cambio.
El mensaje es claro: para que Morena siga siendo un partido del pueblo, necesita liderazgos que provengan del pueblo. La 4T no puede permitirse desviar su esencia; debe continuar construyéndose desde sus bases, con dirigentes que representen fielmente los ideales de transformación y justicia que le dieron vida.