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¿Al servicio de las víctimas o de los victimarios?

La falta de resultados protege a los culpables

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Si algo desfigura el servicio público es el funcionario que convierte cada obstáculo en excusas y en una narrativa de victimismo. Hoy vemos figuras que, en lugar de asumir su responsabilidad, prefieren culpar a administraciones anteriores y lamentarse de las “dificultades heredadas”, mientras los problemas se acumulan. Así, mientras se justifican, dejan desprotegidas a las víctimas reales.

Si el funcionario público en cuestión enfrenta un revés de salud, no será raro verle seguir atornillado en su silla de poder, cobrando, pero incapaz de pedir licencia y reconocer que no puede cumplir. Otros, los más descarados, se aferran al cargo aun cuando los resultados brillan por su ausencia, mostrando que son unos incompetentes.

Y si alguien se atreve a reprochar esta falta de compromiso, inmediatamente se ofenden, acusando a sus críticos de insensibles por exigirles responsabilidad. No faltará quien les acuse de “violencia política de género” o “guerra sucia”, como si esa táctica pudiera suplir su incapacidad de dar resultados. ¿Conoce a alguien que le quede el saco? Seguramente se le vinieron a la mente hombres y mujeres, expertos en todo tipo de excusas para justificar por qué no dan el ancho.

Frente a este desfile de pretextos, para lograr resultados se necesitan propuestas duras o incluso polémicas. En Puebla, Alejandro Armenta, con su propuesta de castración química para agresores sexuales, es un ejemplo: reconoce que la protección a las víctimas no puede seguir posponiéndose y se arriesga a tomar una medida radical porque sabe que hay vidas en juego. En cambio, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, bajo la gestión de Rosario Piedra quien se acaba de reelegir pese a sus polémicas, ha sido notoriamente inactiva en esta causa.

Rosario Piedra Ibarra, con cinco años al frente de la CNDH, tuvo todas las oportunidades para apoyar a las víctimas, pero no lo logró. Su reelección no se entiende por sus resultados, sino porque ha justificado omisiones con el pretexto de ser víctima de una “guerra sucia”, alegando persecuciones sin reconocer las fallas que señalan activistas, expertos y organizaciones de derechos humanos.

Mientras tanto, defensores de Piedra, como Francisco Estrada Correa, secretario ejecutivo de la CNDH, acusan de «violencia política de género» a quienes cuestionan su gestión, buscando justificar la falta de resultados en el organismo. Pero, mientras Rosario Piedra y su equipo se victimizan, han sido incapaces de defender a las miles de mujeres en México —y en estados como Tamaulipas— que sufren violencia física, no política; a ellas, las verdaderas víctimas, son a quienes la CNDH debería defender.

Un caso que deja en evidencia esta falta de apoyo es la reciente y brutal agresión contra Melanie Barragán Guzmán en Ciudad Madero, Tamaulipas. Melanie fue atacada por su pareja, quien le causó fracturas graves en el rostro y permanece prófugo hasta la fecha. Este caso se hizo viral a nivel nacional, sin embargo, Melanie no es la única; en Tamaulipas, miles de mujeres enfrentan violencia en silencio, sin que sus casos lleguen al ojo público y sin la protección que merecen.

La situación de Melanie es una advertencia de lo que sucede cuando el sistema de justicia y las instituciones de derechos humanos fallan, abandonando a quienes realmente necesitan protección. En Tamaulipas, los índices de violencia contra las mujeres muestran la necesidad urgente de una CODHET que defienda con firmeza a las víctimas. María Taide Garza Guerra, quien apenas en agosto fue nombrada como la nueva titular, debe comprender que su rol no es justificar omisiones ni evadir responsabilidades, sino asegurar que casos como el de Melanie, y los de cientos o miles de mujeres más en nuestro estado, encuentren justicia y protección.

En Tamaulipas, donde tantas mujeres viven violencia a diario, la CODHET debe enfocarse en defender a las verdaderas víctimas. María Taide Garza Guerra tiene la oportunidad de demostrar que en nuestro estado ya no se ponen evasivas, sino que se dan resultados. ¿Se atreverá a dejar de lado las excusas y a actuar en serio? Solo el tiempo lo dirá, pero las víctimas de Tamaulipas ya no pueden esperar más.

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