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México: país de estallidos sociales y enfrentamientos entre grupos criminales

Por: Vicente Hernández

“No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen.”
«Papa Juan Pablo II»

Después de 56 años de la matanza de Tlatelolco, el gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum Pardo pidió perdón a los familiares de los estudiantes fallecidos por los acontecimientos en la plaza de las tres culturas, pero parece que para algunos sobrevivientes de esta masacre, no están muy conformes con tan solo el perdón, al menos así se expresó la ex activista Ana Ignacia “Nacha” Rodríguez, quien fue encarcelada por su participación en el movimiento estudiantil de 1968, «Falta el castigo por los delitos de lesa humanidad, que no prescriben» dijo Ana Ignacia, que en la actualidad tiene 80 años de edad y estuvo encarcelada en Santa Martha Acatitla por su participación en el movimiento estudiantil, también dice que tanto ella, como decenas de mujeres, fueron golpeadas y tratadas como si hubiesen sido delincuentes.

En cierto modo, la ex líder estudiantil de la Facultad de Derecho “Nacha” Rodríguez tiene razón, pero a la fecha dudo que aun sigan con vida los autores intelectuales y materiales de este trágico acontecimiento, porque algunos funcionarios públicos (que ya tenían cierta edad) en el 68, ya fallecieron, al igual que los principales o reales culpables como el ex presidente Gustavo Diaz Ordaz, el ex Secretario de Gobernación Luis Echeverria Álvarez y el General Marcelino García Barragán ex Secretario de la Defensa Nacional, en cuanto a los estudiantes involucrados en este movimiento social que aún sobreviven (porque eran unos jovencitos en el 68), entre los más conocidos son cinco; Gilberto Guevara Niebla, Félix Hernández Gamundi, Pablo Gómez Álvarez, Ana Ignacia Rodríguez, “La Nacha” y Salvador Martínez della Rocca conocido como «El Pino».

Otro movimiento social-armado se dio el primero de enero de 1994, día en el que precisamente entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, y gobernaba el país Carlos Salinas de Gortari, fue al amanecer de ese día cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, (EZLN), lanzó una ofensiva militar que intentó tomar siete cabeceras municipales del estado sureño mexicano de Chiapas, pero bastaron sólo doce días de combate que fueron suficientes para atraer la atención mundial, y pese a lo que se podía esperar de estos días de supuesto combate, los muertos (afortunadamente) se contaron por decenas no por centenares.

Fue el subcomandante Marcos, uno de los dirigentes del Ejército Zapatista quien se encargo de redactar y dar a conocer los planteamientos y arengas de la naciente guerrilla, con un protagonismo tal, que termino convirtiéndose en un en un ícono global, opinando algunos izquierdistas de café, que desde los años 60 con la figura del Che Guevara, no se veía algo así: un guerrillero latinoamericano que atrajera las miradas del mundo, y dándose cuenta de la impresión que causo con su pasamontañas, la pipa, su humor mordaz y finalmente su prosa, lo convirtieron en un favorito de la prensa, que lo acosaba durante las entrevistas con preguntas sobre su origen, su ideología, y sus planes acerca de su lucha armada en contra del gobierno priista de Salinas de Gortari.

Entonces, el fenómeno mediático que Rafael Sebastián Guillen Vicente (nombre real del “Subcomandante Marcos”) creció como la espuma, ya que varios intelectuales viajaron hasta la selva lacandona de Chiapas, donde fue entrevistado por Gabriel García Márquez, visitado por Carlos Monsiváis, saludado por Eduardo Galeano y Noam Chomsky, aclamado como el mejor escritor latinoamericano del momento, y visitado por Regis Debray (antiguo alumno de Louis Althusser; amigo del Che Guevara) y hasta Joaquín Sabina le compuso un soneto y una canción.

En el año 2001, Marcos tuvo lo que algunos consideran su momento estelar, cuando viajó de Chiapas a Ciudad de México (pasando por diversos estados y ciudades), en lo que se conoció como la “Marcha del Color de la Tierra”, con la que buscaban exigir el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, un documento firmado en 1996 entre el EZLN y el gobierno, y se calcula que más de un millón de personas los aclamaron en el Zócalo del DF, allí estaban esperándolo, entre otros, José Saramago, Danielle Miterrand, Manuel Vázquez Montalbán y Alain Touraine fue entonces la apoteosis.

Finalmente Rafael Sebastián Guillén Vicente, alias “Subcomandante Marcos” un profesor de filosofía nacido en Tampico Tamaulipas, el 19 de julio de 1957, quien durante un homenaje al zapatista Votan Galeano en Chiapas, aprovecho el momento para despedirse, y así anunciar ésa como su última aparición, anuncio también que “Marcos” había muerto para dar paso al “Subcomandante Insurgente Galeano”, en homenaje del zapatista de nombre Votan Galeano asesinado poco tiempo antes, así que Rafael Sebastián “Mato” al Subcomandante Marcos, y lo ultimo que escuche de el, fue la arremetida que le propino en el mes de agosto de 2024, al entonces presidente López Obrador, así lo dijo: “López Obrador gobernó con «el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz», con «el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez, la demagogia corrupta de José López Portillo, la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, pero también con «la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón, y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto». -¡¡Arrozzzz!!

En fin, que los problemas armados nunca se han desterrado totalmente de Chiapas en los últimos tiempos, primero los zapatistas con la ideología de la liberación de los pueblos indígenas, después llega el crimen organizado con el robo de tierras ejidales, reclutamiento forzado de jóvenes, migración también forzada de pueblos enteros, y el apoderamiento de estos por los grupos del narcotráfico, y en los últimos días siguen las balaceras, derivadas de los enfrentamientos entre dos grupos armados: por un lado “El Machete” supuestamente un grupo de autodefensas de la localidad de Pantelhó, que tenía la intención de «expulsar a sicarios, narcotraficantes y al crimen organizado» en general, pero acusado de retener y desaparecer a 31 campesinos indígenas, así como de extorsionar y cometer homicidios en comunidades cercanas y por el lado opuesto, esta el grupo denominado “Los Herrera” que evidentemente están con el crimen organizado, ya que les dan armas para que recuperen la plaza en Pantelhó, que desde 2021 está en poder de “El machete”, aunque realmente detrás de estos dos grupos están el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa que se disputan el territorio. -¿Cómo la ve?

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