Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
El tiempo de las “auditorías patito” en Tamaulipas al parecer está llegando a su fin., Al menos eso declaró Francisco Noriega Orozco, Auditor Superior del Estado en el reciente encuentro entre el gobernador y los alcaldes del estado. El anunció que de las auditorías ya no serán superficiales, no es la primera vez que lo escuchamos. Pero ¿Cuál podría ser la diferencia del gobierno actual?
El auditor Noriega fue claro: las autoridades municipales deberán asumir con seriedad la fiscalización de sus recursos, o enfrentarse a consecuencias reales. Pero, mientras las palabras suenan convincentes, la realidad ha pintado otro panorama en los tiempos del vacato. Durante años, muchos ayuntamientos han navegado cómodamente entre las aguas de la opacidad y la corrupción. ¿Qué hace diferente este momento? Tal vez la respuesta esté en la presión pública y el cambio de gobierno. Con un gran porcentaje de los tamaulipecos descontentos con muchas administraciones locales, los políticos e instituciones necesitan recuperar la confianza de la gente.
La contralora del estado, en su intervención, reconoció la necesidad de adoptar Códigos de Ética en cada municipio. Pero un código, por sí mismo, no garantiza nada. En los hechos, muchos ayuntamientos ya cuentan con estos documentos, solo que suelen ser palabras vacías en papel, no una verdadera guía de acción. Sin vigilancia real y sanciones efectivas, las normas éticas no pasarán de ser un adorno político.
Uno de los ejemplos más recientes de esta desconexión entre el discurso y la acción está en el municipio de Reynosa, donde se han detectado irregularidades graves en el manejo de los recursos destinados al interminable museo del ferrocarril y demás servicios públicos. Los ciudadanos ya no se sorprenden cuando se habla de desvíos o malos manejos en sus gobiernos locales. Lo que realmente buscan es ver a los responsables pagando por sus actos, independientemente del partido al que pertenezcan.
Es evidente que la corrupción en algunos puntos de Tamaulipas no ha desaparecido. Los líderes del estado deberán empezar a mostrar resultados tangibles y es lo que menos espera la ciudadanía, que se cumpla la ley sea quien sea el infractor.
El pueblo tiene razones para dudar, pues el historial de la rendición de cuentas en el estado ha dejado mucho que desear en gobiernos anteriores. ¿Habrá acciones reales? Lo veremos sobre la marcha, por lo pronto, prepárense mentalmente para lo peor los que se han portado mal.