¿Apostar por un grupo dividido?
Sin Filtros; por Brenda Ramos
Son «tiempos de definiciones» en Tamaulipas, pues es momento en el que cada actor político debe decidir con quién alinearse en la carrera por la gubernatura. Pero, ante este escenario, surge una pregunta crucial: ¿es el grupo de Maki Ortiz y José Ramón Gómez Leal realmente la mejor opción?
San Luis Potosí nos ofrece una lección clara. Ahí, las alianzas cuestionables y las traiciones internas han debilitado a Morena. Ricardo Gallardo, gobernador de San Luis Potosí, ha sido señalado por favorecer a la oposición, y Gerardo Fernández Noroña no dudó en criticarlo públicamente, acusándolo de traicionar a Morena y de socavar su propia legitimidad política. Como resultado de estos conflictos internos, Morena perdió espacios importantes en el Senado.
Este tipo de maniobras políticas, donde la lealtad es incierta, puede llevar a resultados desastrosos, como lo muestra el caso potosino.
En Tamaulipas, el grupo encabezado por Maki Ortiz y José Ramón Gómez Leal parece estar caminando por una cuerda floja similar. Ambos líderes aspiran a ser los candidatos oficiales de Morena, pero compiten entre sí por esa posición, creando tensiones internas. Además, José Ramón Gómez Leal, cuñado de Francisco García Cabeza de Vaca, exgobernador con serios señalamientos legales y considerado «indeseable» por figuras de la cuarta transformación como Noroña, genera desconfianza. ¿Cómo unirse a alguien tan vinculado a un personaje tan repudiado por la 4T?
Por su parte, Maki Ortiz enfrenta también desafíos importantes de credibilidad. Ha sido objeto de críticas públicas por parte de Noroña, quien la ha señalado en múltiples ocasiones y cuestionado su desempeño como alcaldesa de Reynosa al grado de llamarla “alcaldesa pedorra”. Situación que debilita mucho a Maki Ortiz, ya que Noroña, actualmente con una posición relevante como presidente de la Cámara de Senadores, tiene una influencia política significativa en Morena y en la agenda nacional. Además, cabe recordar que Maki Ortiz y José Ramón Gómez Leal, como senadores, están bajo la dirección de Noroña, quien ha mostrado abiertamente su oposición al exgobernador Cabeza de Vaca y a Maki Ortiz.
Mientras tanto, la reciente ausencia de figuras clave en el informe de Carlos Peña Ortiz, como los diputados locales Marco Gallegos, Humberto Prieto, Magaly Deandar, y Armando Zertuche, es una clara señal de que ya han decidido no alinearse con este grupo. Esta falta de apoyo evidencia que, para muchos, Maki y José Ramón no representan una opción confiable ni viable para obtener la candidatura de MORENA y aliados a la gubernatura.
Es evidente que apostar por un grupo fragmentado y con lealtades divididas podría ser un error estratégico. La historia reciente nos enseña que los grupos políticos divididos, con alianzas dudosas y conflictos internos, tienden a fracasar. En este «tiempo de definiciones», los actores políticos de Tamaulipas harían bien en reconsiderar sus apoyos, evitando apostar por un grupo que ya muestra señales de debilidad y división interna.
El mensaje es claro para todos: quien quiera apostar por este grupo, que lo haga, pero debe saber que está apostando por un caballo perdedor en una carrera que ya está decantada, pues el MORENA no cabe nada que esté relacionado con Cabeza de Vaca, el PAN o Maki Ortiz.
