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Nueva Presidenta de México enfrenta desafíos en la relación con Estados Unidos tras reformas constitucionales

Por Redacción SC.

Claudia Sheinbaum, la recién electa Presidenta de México, se encuentra ante un crucial punto de inflexión al iniciar su mandato. Las recientes reformas constitucionales aprobadas en el Congreso mexicano han suscitado preocupaciones sobre el impacto en las relaciones comerciales y de seguridad con Estados Unidos. En un contexto marcado por tensiones políticas en la Casa Blanca y debates sobre migración y aranceles, la implementación de 18 reformas impulsadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha levantado alertas sobre un posible desacoplamiento entre ambas naciones.

Kim Breier, ex Subsecretaria de Estado para América Latina, señaló que «EU y México podrían estar en el camino hacia una desintegración gradual». La ex funcionaria advirtió que el compromiso de Sheinbaum con América del Norte será fundamental, especialmente considerando las críticas que han surgido en Washington respecto a la reforma al Poder Judicial y la militarización de la seguridad pública.

El Servicio de Investigación del Capitolio (CRS) ha expresado inquietudes sobre el «Plan C» de López Obrador, sugiriendo que podría complicar las relaciones comerciales y obstaculizar la cooperación en seguridad y Estado de Derecho. Un informe reciente del Instituto México del Woodrow Wilson Center indica que estas reformas podrían violar hasta 15 artículos del Tratado de Comercio entre México, EU y Canadá (T-MEC).

El impacto de estas reformas es palpable. Grupos empresariales estadounidenses han solicitado un enfoque más cauteloso ante el rápido avance del «Plan C», sugiriendo que las reformas no solo amenazan la independencia judicial, sino que también podrían afectar significativamente la inversión y cooperación bilateral. Según datos del Departamento de Comercio, la inversión de EU en México ha crecido notablemente desde la firma del TLCAN en 1994, pero los recientes cambios podrían frenar este progreso.

En cuanto a la seguridad, la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) ha suscitado preocupaciones en Washington, especialmente ante el riesgo de que grupos criminales influyan en el proceso electoral de selección de jueces. El embajador de EU en México, Ken Salazar, ha advertido que la elección popular de jueces podría facilitar la manipulación por parte de cárteles de narcotráfico.

La administración de Sheinbaum también tendrá que abordar el creciente descontento en el Congreso estadounidense, donde legisladores han comenzado a cuestionar cómo las reformas al Poder Judicial impactarán la revisión programada del T-MEC en 2026. Gerónimo Fernández, ex Embajador mexicano en Washington, advirtió sobre el posible deterioro de la relación bilateral, señalando que «nos estamos desviando del objetivo de construir una relación de socios estratégicos».

Con un entorno internacional cambiante y un contexto político tenso, la Presidenta Sheinbaum se enfrenta a la difícil tarea de reconstruir la confianza y la colaboración entre México y Estados Unidos. Su capacidad para manejar estas reformas y su relación con la nueva administración estadounidense será clave para el futuro de la cooperación bilateral en comercio, seguridad y migración.

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