ReynosaZona Norte Tamaulipas

Los héroes independentistas en el Lago Orizatlan

Por Hugo Reyna

A unos metros de la vía de comunicación que accede al Puente Internacional Phar, hay un amplio predio que ahora sirve como estacionamiento de camiones de carga, al fondo entre la maleza se alzan aun- resistiendo al olvido y tiempo- una amplia colección de esculturas que se atribuye son autoría de Jerónimo Monterrubio, quien arribó a Reynosa a mediados del siglo pasado procedente de San Felipe Orizatlan en el Estado de Hidalgo.

Se cuenta que en los terrenos que hoy ocupa, hubo alguna vez un lago y fue un espacio de recreación familiar durante algunos años, pero lo más significativo y cuyo legado de aquella época, aún prevalece, son las esculturas que abordan la historia completa de México.

Desde la época prehispánica, la conquista a manos de los españoles, la Independencia, Reforma y Revolución Mexicana, así como los tiempos modernos.

Aquí, en estos terrenos que hoy son conocidos como Lago Orizatlan, se encuentran esculturas dedicadas a mujeres y hombres que influenciaron en su momento las decisiones más trascendentales del país.

Fueron elaboradas a base de cemento y varilla, materiales simples que, aunque han soportado los embates del clima y el tiempo, algunas casi han sido destruidas, pero otras más se resisten a caer.

Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero, Vicente Guerrero, Josefa Ortiz de Domínguez, son algunos personajes que aquí se encuentran recreados.

Las esculturas cobran especial relevancia, pues algunas erigidas son únicas y no hay otra más en la ciudad, por ejemplo, la escultura dedicada a Miguel Hidalgo con la declaratoria de Independencia y la Abolición de la Esclavitud es única.

También hay esculturas de Josefa Ortiz de Domínguez, Vicente Guerrero, Ignacio Allende, El Pípila, entre otras que tampoco existen en Reynosa.

Unas más dedicadas a Hernán Cortes, Maximiliano de Habsburgo, Porfirio Díaz, Cuauhtémoc, Moctezuma e incluso una pirámide del sol y la luna.

Esa es la trascendencia de las esculturas del Lago Orizatlan, que hoy prevalecen en el olvido y amenazadas con desaparecer.

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