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¡Los 43!

Por Óscar Aldrete

Cuarenta y tres senadores que ocupan un asiento en la cámara nacional decidirán la ruta del país entre hoy y mañana. Todos ellos son miembros de la llamada oposición, es decir, no pertenecen al partido en el gobierno federal. Si logran mantenerse unidos y votar en bloque en contra de la reforma constitucional en materia judicial, esta no pasará. El oficialismo no obtendría los dos tercios que exige el artículo 135 de la Constitución Política Federal para reformar y adicionar su articulado.

Así de trascendente es el bloque opositor formado en la cámara revisora. Es público que la iniciativa presidencial es de alcances reformistas totales, de gran calado, como se dice en el lenguaje de la ciencia política. La narrativa de la iniciativa del Ejecutivo Federal plantea la instauración de un régimen judicial, no ministerial, de orientación social. Es decir, someter a voto popular a jueces, magistrados y ministros, y desaparecer los órganos autónomos constitucionales (INAI, CNDH, INE, etc.) para ser absorbidos por la administración pública federal.

El espíritu reformista del lopezobradorismo sigue marcando la agenda política nacional. Para algunos, es la concentración del poder; para otros, es una agenda democrática que privilegia al pueblo en la toma de decisiones para la integración de los poderes del Estado mexicano. En el modelo actual, además del régimen de separación de poderes, los mexicanos votamos para elegir a los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero no al Judicial.

En resumen, veremos si el bloque opositor soporta la embestida del oficialismo y logra la hazaña de derrotar al aún titular del Poder Ejecutivo Federal y sus operadores, como Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña, o si surge un Judas traidor entre los 43 senadores que se entregue al oficialismo, ya sea por dinero o por impunidad, algo que es clásico en las negociaciones de las cúpulas.

Vale la pena enfocar la vista en la familia caciquil veracruzana Yunes Linares. El patriarca, Miguel Ángel, es un personaje impresentable, sin escrúpulos, que no dudaría ni tantito en aprovechar su posición como fórmula de su hijo en el Senado (PAN) para obtener beneficios a cambio de darle al oficialismo el voto que le hace falta para llegar a los 86 votos necesarios para obtener la mayoría calificada, que permita sacar la reforma presidencial y no quedar mal con Andrés Manuel.

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