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Las piedritas en el camino de Erasmo González y el sindicalismo blanco

Por: Vicente Hernández

“Camaradas, el capitalismo es la explotación del hombre por el hombre. El sindicalismo es lo contrario.” «Coluche»

Aun no empieza la nueva administración que habrá de encabezar Erasmo González Robledo, y ya le están tratando de crear problemas poniéndole piedritas en su camino, y amarrando navajas entre Adrián Oseguera Kernion y el nuevo alcalde, esto por el presunto rumor de que un aproximado de 200 trabajadores de confianza se han adherido a un nuevo sindicato patronal, o conocido como “blanco” así como lo son la mayoría de los existentes, que aglutina a trabajadores del ayuntamiento.

Y el primero en poner el grito en el cielo fue el líder del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Honorable Ayuntamiento de Madero (SUTSHA) Azael Portillo Alejo, quien dice estar preocupado porque siente la amenaza de que este nuevo sindicato celebre un contrato colectivo con la actual administración, ahora si que como dice un dicho popular “Una tamalera siente, que otra se le ponga enfrente” cuando la Ley Federal del Trabajo es muy clara en cuanto a los contratos colectivos que habrán de celebrar las empresas: Articulo 388-Si dentro de la misma empresa (en este caso ayuntamiento) existen varios sindicatos, se observarán las normas siguientes: I. Si concurren sindicatos de empresa o industriales o unos y otros, el contrato colectivo se celebrará con el que obtenga el mayor número de votos de los trabajadores dentro de la empresa.

De tal forma que está más claro que el agua que suministra Comapa, que aun y cuando existiera otro sindicato, el que tenga la mayoría de afiliados es el que celebrara el contrato colectivo con el ayuntamiento entrante, solo que el burro de Azael Portillo no lee la Ley del Trabajo por flojo, ya que su difunto padre Andrés Portillo Villegas, a su muerte le “heredo” la Secretaria General del SUTSHA para que tuviera de que vivir, porque siempre fue “niño de papi”, ahora, si es como dicen que dijo, que sospecha que la administración todavía de Adrián Oseguera, está buscando celebrar contrato colectivo cuando esta unos días de terminar su mandato (¿de veras?) y dice que (cito) servidores públicos de la administración actual habrían intervenido en la elaboración de dicho contrato, utilizando sus posiciones para obtener beneficios económicos o personales, para familiares cercanos, o personas con las que mantienen vínculos afectivos o financieros, y si en realidad lo dijo Azael es el colmo de la estupidez, o bien solo lo hace porque sabe que el que no chilla no mama.

Y hablando de sindicalismo, en Altamira se dice que el líder del Sindicato Único de Trabajadores del Republicano Ayuntamiento (SUTRA) Federico Pérez Banda, anda como la Zarzamora “llora que llora por los rincones” quizás debido a que su gallo en las pasadas elecciones Miguel Gómez Orta fue arrollado estrepitosamente en la pasada contienda electoral, por el todavía y reelecto alcalde Armando Martínez Manríquez, y bueno otra vez quedo como la gallina que duerme en la plata baja (toda cagada) pero a Federico le quedo el gusto de haber participado como candidato a regidor en la planilla del PAN, y vaya que no le atina, porque ya había participado en ese mismo empeño con el PAN y con el PRI, dos veces con cada uno, y en ninguna gano, pero siempre llevándole la contraria al ayuntamiento, jugando con un color diferente al alcalde en turno, y por ese desempeño se gano el apodo que sus mismos agremiados le pusieron “El Mil Mascaras”.

Lo único que saco con esta última aventura política, fue crear una más fuerte división entre sus agremiados, a los cuales arrastro en cada una de sus candidaturas a la regiduría, porque como todo líder obrero el comprometía el voto de sus representados sin tomarles parecer, en beneficio solamente de sus interés individuales, y apostándolo todo, como en el caso de las elecciones donde la candidata abanderada por el PRI era Griselda Carrillo Reyes, en la cual aporto dinero de las arcas del sindicato, y después tuvo que inventarse un secuestro, y hasta un auto robo, echándole la culpa a su tesorero en turno, para justificar los millones invertidos en la campaña priista, lo bueno es que la mayor parte de los sindicalistas le dieron la espalda, y apoyaron con su voto a Martínez Manríquez, solo Federico y sus muy cercanos se mantienen encuevados, y no dan la cara, no por vergüenza, porque carecen de ella, no salen a los actos públicos porque todavía no se les pasa el berrinche que hicieron porque Miguelito no gano, y no pueden ver de frente al alcalde reelecto. – ¿Sera?

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