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Las estrategias de manipulación mediática

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

En el mundo político, el «canto de las sirenas» y las «cortinas de humo» se emplean para desviar la atención de la ciudadanía, evitar cuestionamientos y mantener la superficie calmada, mientras que debajo de ella la verdad permanece oculta. Un ejemplo claro de esta práctica lo encontramos en los recientes acontecimientos de Tamaulipas.

El día de ayer, el gobernador Américo Villarreal hizo públicas sus declaraciones respaldando a los miembros de su gabinete, frente a los rumores que insistentemente buscan provocar la salida de algunos miembros. El doctor se presentó ante los medios y afirmó que, el secretario de seguridad pública del estado, Sergio Chávez está “muy bien parado con el nuevo secretario de la Defensa”, desestimando así cualquier insinuación sobre un cambio en su administración. Dicha respuesta fue un alto para cortar de raíz el rumor de su partida; la política es un campo fértil para los rumores y las especulaciones.

El “canto de las sirenas” al que se enfrenta el gabinete del gobernador se alimenta de estas especulaciones sobre sus funcionarios más cercanos. Desde que inicio la administración estatal actual, se han propagado rumores sobre la salida de Sergio Chávez y Héctor Villegas del gabinete. ¿Por qué tanto interés en insistir en su partida? Podría interpretarse como un intento por debilitar la imagen de los funcionarios, obviamente para que otros se posicionen y arrebatar lugares.

En contraste, el incidente del tigre escapado en Reynosa donde gobierna Carlos Peña Ortiz, ilustra a la perfección lo que en política se conoce como una «cortina de humo». Mientras los medios y la opinión pública se entretenían con el relato del felino perdido, poco se habló de la explosión que sacudió a la ciudad, un evento con implicaciones más graves. La atención se desvió del verdadero problema: una explosión que podría haberse prevenido si las autoridades hubieran respondido a tiempo a las denuncias de los vecinos sobre fuegos artificiales almacenados en la zona.

La cortina de humo no solo oculta la verdad; desvía las preguntas incómodas. ¿Por qué no se han señalado responsables por la explosión? ¿Por qué se minimiza el evento con una compensación de cinco millones de pesos cuando se debería realizar una investigación exhaustiva? ¿Y si el dinero que destinó el municipio no es suficiente para cubrir gastos de hospitalizaciones y restauraciones de viviendas? Este episodio nos recuerda cómo se utilizan las distracciones para ocultar la falta de respuesta o la ineficacia de las autoridades locales.

El ‘canto’ también se esuchó en Tampico, con el caso de Chucho Nader, quien pidió licencia como diputado federal. En lugar de investigar las razones legítimas —su deseo de concluir proyectos en Tampico y dar el Grito de Independencia—, los rumores rápidamente lo pintaron como un político movido por ambiciones ocultas. Se trata de otra táctica para mantener a la opinión pública en el limbo y de paso manchar la imagen de un político que, a decir verdad, en sus últimos días como alcalde se sigue manteniendo en los primeros lugares de aprobación a nivel nacional.

El Gobernador, en sus recientes declaraciones, ha dejado claro que en su gobierno las decisiones se toman en función del servicio a la ciudadanía, no de relaciones personales o rumores malintencionados. Su respaldo a Chávez y Villegas es una muestra de su convicción en que los cambios en su administración son producto de evaluaciones basadas en resultados, no en juegos políticos. Pero la realidad es que, en la política de hoy, las sirenas cantan más fuerte que nunca, y las cortinas de humo se levantan con frecuencia alarmante.

El desafío, es no ceder ante estas tácticas de distracción. No se puede permitir que los rumores y las noticias de relleno desvíen la atención de los problemas reales. No es momento de dejarse seducir por cantos ni cegarse ante el humo negro provocado por individuos con intenciones y objetivos personales.

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