Sin Filtros; por Brenda Ramos
En estos tiempos de incertidumbre, cuando la rendición de cuentas parece un ideal lejano, surge una figura que desafía esa tendencia. Adriana Lozano, Secretaria de Finanzas de Tamaulipas, ha demostrado que el liderazgo no solo se mide por el cargo que se ostenta, sino por la forma en que se enfrenta a los desafíos más difíciles. En un estado marcado por dificultades económicas, su trabajo ha sido un ejemplo de compromiso y transparencia.
Uno de los logros más recientes de Lozano fue el reconocimiento de la agencia Moody’s Local México, que otorgó a Tamaulipas calificaciones AA+ y AA tras la exitosa reestructuración de dos créditos estatales. Esta noticia no es una simple formalidad financiera; es un reflejo de la solidez que ella ha imprimido en la administración pública. «Hemos sido evaluados por Moody’s Local México», explicó Lozano, «lo que significa que tenemos una fuerte capacidad para cumplir con nuestras obligaciones financieras». Su mensaje es claro: bajo su gestión, el estado está preparado no solo para enfrentar sus compromisos, sino también para atraer inversiones y generar empleo.
Pero su labor no se detiene en los grandes números. Adriana Lozano también ha impulsado medidas concretas que benefician a los ciudadanos de a pie, como el descuento del 50% en trámites de control vehicular para concesionarios del transporte público. No es solo un alivio económico para muchos, sino una muestra de su sensibilidad ante las necesidades reales de quienes sostienen la economía diaria del estado. Esta es una política pensada desde la calle, no desde un escritorio.
Además, su visión de futuro queda patente en su reciente gestión para extender el programa de regularización de autos de procedencia extranjera. Lozano está luchando para que más familias puedan regularizar sus vehículos, facilitando su acceso a una movilidad segura y ordenada. Estas acciones no son solo decisiones administrativas; son medidas que buscan construir un Tamaulipas más justo e inclusivo.
Como mujer, Lozano ha desafiado las barreras de un ámbito tradicionalmente masculino. No es solo una servidora pública, es una madre, una profesional de larga trayectoria, y una defensora de la justicia social. Su liderazgo no se mide en palabras grandilocuentes, sino en hechos concretos. Desde su tiempo como asesora fiscal en Hacienda hasta su papel actual, Lozano ha demostrado que cuando se trabaja con honestidad y visión, se pueden romper moldes y construir nuevas realidades.
Lozano no solo administra las finanzas del estado; es una líder que inspira. Al trabajar incansablemente para traer beneficios tangibles a la gente de Tamaulipas, está demostrando que un buen gobierno es posible, que se puede hacer política con propósito y corazón. Su dedicación es un recordatorio de que en la política aún hay espacio para la integridad y la acción decidida.
Adriana Lozano está cambiando el rostro de Tamaulipas, y su ejemplo es una inspiración para muchos. En un mundo lleno de incertidumbres, su trabajo es una invitación a creer que el cambio es posible cuando se trabaja con valentía y compromiso. Que su liderazgo inspire a otros a seguir su camino, siempre con la vista puesta en el bienestar de quienes más lo necesitan.
