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Adiós al fuero como refugio de delincuentes

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

El fuero legislativo, esa herramienta que se supone protege a los representantes del pueblo, ha sido usada durante años como un escudo para políticos corruptos. En Tamaulipas, no es un secreto que muchos han buscado refugio en él para evitar rendir cuentas, y ahí están los ejemplos. Pero parece que esa historia está a punto de cambiar. Al menos, eso es lo que promete la 66ª Legislatura, que bajo la batuta de Humberto Prieto Herrera, ha lanzado un mensaje claro: «No seremos cómplices de criminales». ¿Será que ahora sí el fuero dejará de ser un salvavidas para los que se escudan en el poder?

Prieto Herrera no solo lanzó el dardo, también tomó cartas en el asunto impulsando reformas a la ley interna del Congreso. Y aunque parezca un trámite menor, la credencialización y el registro de huellas para todos los nuevos diputados es más que una simple medida burocrática. Es un golpe directo a aquellos que, en el pasado, usaron el anonimato del cargo para protegerse de la justicia. Aquí no hay escapatoria: si quieres entrar al recinto, tienes que identificarte. Un paso que, en un contexto donde la impunidad ha sido la norma, lo significa todo.

Y si no, basta con recordar el caso del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, quien durante meses usó su fuero como un escudo para evadir las acusaciones que se le venían encima. Este tipo de jugarretas se han repetido una y otra vez. En legislaturas pasadas, personajes que debían estar enfrentando a la justicia, se refugiaron detrás de sus cargos. Pero Humberto Prieto no se anda con rodeos: “¿Qué buscabas al ser diputado local? ¿Encubrirte y darle la vuelta a la justicia?”. Con esa pregunta, puso el dedo en la llaga, justo donde más duele. Y la respuesta de los panistas no se hizo esperar.

Los panistas no tardaron en quejarse, argumentando que las nuevas reglas solo buscan frenar la llegada de legisladores críticos. Pero, ¿a quién le molesta identificarse si no tiene nada que esconder? La respuesta parece obvia. Si vienes a cumplir con tu trabajo, no debería preocuparte un simple protocolo de seguridad. Entonces, ¿por qué tanto escándalo? Prieto Herrera respondió a las críticas sin titubear: el fuero no es para proteger a los que se esconden de la ley. Y con esto, dejó claro que la nueva legislatura no está dispuesta a hacer lo que otras hicieron: ignorar los llamados de la justicia.

Las reformas que impulsó Prieto no se quedan ahí. También alinean la legislación estatal con las normas federales, haciendo que Tamaulipas siga los pasos del Congreso de la Unión y otras legislaturas locales. Pero lo más importante es que garantizan que nadie pueda entrar al salón de sesiones sin estar plenamente identificado. Así, se elimina cualquier posibilidad de que alguien utilice su cargo para eludir responsabilidades. Y es que la corrupción no se combate solo con discursos bonitos; se combate con acciones concretas como esta, que le ponen un alto a la impunidad desde la raíz.

Todo esto nos lleva a una pregunta crucial: ¿será esta legislatura capaz de romper el ciclo de corrupción e impunidad que ha caracterizado a muchas anteriores? Las medidas son un buen comienzo, pero no hay que olvidar que, al final del día, todo dependerá de la voluntad política de quienes ahora ocupan los escaños. Ya no habrá lugar para excusas ni pretextos.

Prieto Herrera ha iniciado la lucha para que se actúe con honorabilidad en el Congreso, una medida muy atinada, para evitar que se caiga de nuevo en la misma trampa de siempre, donde el fuero es utilizado para cubrirse las espaldas.

La 66ª Legislatura tiene en sus manos la oportunidad de marcar un antes y un después en la política de Tamaulipas. El fuero no es para proteger delincuentes. Lo necesitan entender quienes van con esa idea, sobre todo aquellos que creen que pueden seguir jugando con las reglas del pasado.

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