Periodistas críticos: una especie en vías de extinción
Por: Vicente Hernández
“Es una paradoja que todos los dictadores hayan subido al poder por la escalera de la libertad de expresión. Inmediatamente después de alcanzar el poder cada dictador suprimió la libertad de expresión a todos excepto la suya propia.”
«Herbert Clark Hoover»
Una tarde me puse a reflexionar si yo, o todo México nos habremos subido en la maquina del tiempo, que describiera en su novela el escritor británico Herbert George Wells, y repentinamente hayamos viajado al pasado, del 2018 a los años de 1876 a 1911, lapso de tiempo que estuvo marcado por el liderazgo autoritario de Porfirio Díaz, durante el cual los mexicanos enfrentaron serios desafíos en términos de libertades políticas y civiles, pero sobre todo en el ámbito periodístico de esa época, ya que fue muy tensa la relación entre el gobierno y la prensa.
Son varias las similitudes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con gobierno el de Porfirio Diaz, quien llegó al poder con la promesa de estabilizar y modernizar un país que había pasado por décadas de conflictos internos y guerras civiles, (lo cual el si cumplió) con los cuales el país estanco su desarrollo, pero a diferencia de López Obrador con su tren maya, refinería y aeropuerto, que no producen dividendos, durante su gobierno Don Porfirio implementó políticas que promovieron el desarrollo económico y la modernización, incluyendo la construcción de ferrocarriles, la atracción de inversiones extranjeras y la mejora de la infraestructura nacional.
Durante el porfiriato, se implemento un régimen que, aunque disfrazado de democracia, se caracterizó por la falta de elecciones libres y justas, la manipulación política y la represión a la oposición, y por lo consiguiente a la prensa libre, pero también busco la manera de controlar la información, y de esta manera asegurarse de que las noticias y opiniones publicadas fueran favorables a su régimen, de tal manera que los periódicos “Chayoteros” recibieron subsidios y ayudas financieras directas del gobierno, pero los hizo dependientes y, por tanto, susceptibles a la influencia y el control.
De tal forma que los editores y periodistas que se mostraban leales y sumisos al régimen porfirista, gozaban de privilegios y protección, mientras que aquellos que se atrevían a criticar al gobierno enfrentaban represalias, (¿les suena?) así enmedio de esta situación, se fue creando un ambiente en el que la mayoría de los medios de comunicación repetían las narrativas oficiales, (boletines de prensa oficial) minimizando o ignorando las voces críticas, y cuidando muy bien lo que sus reporteros escribían, so pena de caer en desgracia por publicar notas críticas contra el gobierno.
Para evitar ese tipo de desaguisados, la censura oficial se materializó en varias formas, ordenando la prohibición de publicaciones que no fueran favorables al gobierno, hasta la intimidación y encarcelamiento de periodistas, de tal manera que en la vieja Ley de Imprenta de 1882, por ejemplo, otorgó al gobierno amplios poderes para sancionar a aquellos que publicaran material considerado subversivo, o difamatorio, hoy día con eso del poder absoluto del ejecutivo, y las reformas al poder judicial, no sería sorpresa que también reformaran la nueva Ley de Imprenta, para acabar de una vez por todas con los periodistas molestos al régimen morenista.
Durante el sexenio que está a unos días de terminar, se presiono a dueños de periódicos y canales de radio y televisión, para que despidieran a cuando menos treinta comunicadores y periodistas que no son afines a Morena, aquí les presento una lista de los despedidos que publico el sitio periodístico “infobae México”.
Carlos Loret Televisa, Radio Centro, Víctor Trujillo Brozo Televisa, Denise Dresser Televisa, López Dóriga Televisa, Chumel Torres HBO, Azucena Uresti Milenio, Ricardo Alemán Televisa, TV Azteca, ADN40, Foro TV, La Mudanza; y Canal 11, Carlos Alazraki Universal, León Krauze Televisa, Univisión, Adela Micha Radio Centro, El Heraldo, Carlos González, despedido de Televisión Mexiquense, Enrique Muñoz despedido de Grupo Fórmula, Ana Paula Ordorica despedida de Televisa, Rubén Cortés del Diario La Razón, Jorge Ramos Pérez despedido de El Universal, Carlos Ramos Padilla despedido de ABC Radio, Ricardo Gómez de El Universal, Ángel Verdugo de Grupo Imagen Ricardo Rocha ✝ despedido de TV Azteca, ADN40; y Canal del Congreso, Fernanda de la Torre de Milenio, Roberto Blancarte de Milenio, Guillermo Valdés de Milenio, Federico Berrueto de Milenio, Javier Solorzano salió de Canal 11, Irma Pérez Lince de Canal 11, Jesús Martín Mendoza de El Heraldo, Laura Brugés despedida de Grupo Fórmula, Carlos Bravo Regidor expulsado del Reforma.
De los más recientes despidos está el de la politóloga Denise Dresser, del excanciller Jorge Castañeda Gutman y del escritor Héctor Aguilar Camín, quienes fueron literalmente corridos del programa de análisis y debate “Es la hora de opinar”, conducido por Leo Zuckermann y trasmitido por Televisa, despidos que desataron múltiples cometarios, tanto en las redes sociales como en reconocidas columnas políticas, lanzando serias acusaciones de presunta censura oficial, debido a que estos tres polémicos escritores y periodistas, son férreos críticos de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Cuestionado sobre el tema, durante la mañanera del pasado martes 27, el presidente López Obrador como ya es su costumbre, dio una irónica y un tanto burlona respuesta al reportero que disparo la pregunta: «La señora Dresser, Castañeda y Aguilar Camín ya nada más falta que me echen la culpa a mí. ¿Ah, ya (lo hicieron)? No, pues yo no tengo relación con los directivos de Televisa, no los he visto. A Emilio (Azcárraga) no lo he visto desde hace más de un año o dos y a Bernardo (Gómez) no lo he visto como desde hace cinco años. ¿Qué otro hay, de los directivos?» de este tamaño es el respeto que nos tiene el ya saliente mandatario, ahora surge la interrogante: ¿Qué nos espera con Claudia Sheinbaum, mas de los mismo, o al final de su sexenio ya no existirán los periodistas críticos?