Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
Como en muy pocas ocasiones se ven, elementos de la Fiscalía General de Justicia del estado, arribaron rápidamente al llamado de auxilio del papá del alcalde de Reynosa, el señor Carlos Peña Garza, luego de presuntamente sufrir un intento de secuestro. La noticia corrió rápidamente por las redes sociales e incluso en la escena hubo reporteros grabando en vivo el suceso. Lo cual inquietó mucho a los ciudadanos de a pie, debido a la rapidez y eficacia con la que respondieron las autoridades ante una figura de ‘poder’.
Cabe señalar que, en ese mismo día informaron que se localizó el vehículo que presuntamente había participado en el crimen y prácticamente dieron a conocer que se resolvió el caso y quedó cerrado dejando tranquilo al señor padre del Alcalde al presentarle resultados positivos de la investigación, pero ¿Cuándo ha sucedido esto con personas que no son funcionarios o personas sin ‘palancas’?
Para ponerlos en contexto, en 2022 se abrieron 37 mil 624 carpetas de investigación; de esa cantidad solamente fueron imputados o culpados 1 mil 541 individuos y el resto quedó sin resolverse; esto quiere decir que solamente el 4% aproximadamente fue ‘resuelto’. Cabe señalar que aún falta filtrar a los individuos que culparon por error, a los chivos expiatorios y todas las practicas ya conocidas.
Si aplicamos estos mismos porcentajes a las carpetas de investigación que van en el año, el caso del presidente de DIF Reynosa podría ser del lamentable 4% que se han resuelto; los ciudadanos comunes a seguirle sufriendo.
Un caso que también ocurrió en esta semana, fue el de una muchachita que trabajaba como empacadora voluntaria en una tienda de conveniencia de esta ciudad; la niña en cuestión fue agredida con un martillo y un cuchillo a las afueras de la tienda, sin que hasta el momento se haya dado con el culpable ¿Qué faltó para que la Fiscalía actuara de la misma manera que actuó con Carlos Peña Garza?
Estamos seguros que ese crimen quedará sin resolverse mientras una familia teme por su seguridad, al mismo tiempo que la otra familia en cuestión se mueve en autos blindados y van y vienen al extranjero, puesto que no viven en Reynosa. Aun y con todo eso las autoridades decidieron -desconocemos bajo qué criterio- movilizar casi cielo, mar y tierra para resolver el presunto intento de secuestro, que la ciudadanía lejos de solidarizarse, levantaron la voz exigiendo que ese mismo trato sea para todos, no solo para políticos.
