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El socialismo portesgilista

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El abogado tamaulipeco, Emilio Portes Gil fue un visionario. En mayo de 1924, fundó el Partido Socialista Fronterizo en Tamaulipas (PSF). Fue esta organización, la primera entidad partidista moderna en la región: poseía estatutos, declaración de principios, un programa de acción y una dirección legítimamente electa.

Como en el país, nuestro estado, había vivido una etapa en la cual los militares habían sido piezas fundamentales del gobierno. Fue el caso de César López de Lara y Luis Caballero. Ambos, se autoexiliaron del circuito de autoridad rebelándose a la autoridad central. El primero, en 1919 al perder la gubernatura; el segundo en 1923 al sumarse a la rebelión del frustrado candidato presidencial, Adolfo de la Huerta.

Es decir, en los años 20, aún flotaban en el escenario del estado, los humos de la metralla del carrancismo aldeano, que todavía mostraba residuos en la comarca; con todo y que sus líderes navegaban a la deriva.

Con esa visión de largo alcance, Portes Gil, asimiló bien el nuevo reacomodo de la autoridad con el arribo del clan sonorense al poder nacional. Decidió entonces, algo que ni Álvaro Obregón ni Plutarco Elías Calles imaginaban: articular un instrumento, para encausar por la ruta de la política, la lucha por el poder en el estado. Es decir: cerrar la posibilidad del regreso de la opción de las armas para encaramarse en el poder.

Más claro: el PSF, resultó una propuesta de “Un civil en la revolución mexicana”.

La agrupación portesgilista, sería el camino civilizado y la derrota total de fragmentos de una clase política regional ataviada con uniformes de López de Lara y de Caballero.

El PSF, permitió a EPG, cohesionar a toda una clase política emergente y generar uno de los primeros gobiernos con expresión en todo el territorio tamaulipeco. Lo que eran ciudades en desarrollo, pero dispersas, se convirtieron en una geografía compacta y articulada por un gobierno central.

Más digerible: la gubernatura, con EPG pasó de ser un instrumento de autoridad atomizada, a ser un utensilio de un gobierno extensivo; es decir: en todos los confines de la entidad.

Antes de la eclosión del partido, Portes Gil, sólo era conocido y aclamado en el sur del estado por su trabajo en la organización de sindicatos y su labor defendiendo trabajadores; después de moldear el PSF, pasó a convertirse en el líder político hegemónico en la comarca.

¿Nos explicamos ahora, por qué el victorense llegaría –con la suma de otras causas y motivaciones– a la presidencia de la república y por qué se erigió en el factor preponderante en la política tamaulipeca por más de 20 años?

¿Ponderamos ahora, su talento en la construcción de instituciones de la región y de la nación, como para cometer la ligereza de meterlo en el mismo cajón del Maximato?

¿Se pueden equiparar las trayectorias sociales y políticas de EPG con las de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez?

¿Cuál de los presidentes fundidos en el bloque del Maximato, tenía mayores conocimientos del funcionamiento y de los mecanismos del flamante Estado posrevolucionario?

Portes Gil, liquidó toda expresión no civil en el gobierno tamaulipeco.

El golpe del presidente Miguel Alemán a EPG, con la destitución del gobernador portesgilista, Hugo Pedro González en 1947, –sustituido por el sub-secretario de la Defensa, Raúl Gárate Legleú–, fue una funesta señal: abrió la puerta para el regreso de los generales al poder.

El general matamorense, deberá ser rememorado como el padre de la corrupción política en Tamaulipas: miles de hectáreas fueron a parar –con su apoyo– a manos de socios y amigos. Reviviendo y creando nuevas élites rurales, pretendió aniquilar al portesgilismo en las zonas rurales.

El portesgilismo, será recordado como la fuerza política de mayor peso ético en la historia moderna regional.

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