Políticos zánganos
•Buscan que la doctora Sheinbaum les resuelva la vida
Sin Filtros; por Brenda Ramos
Con la victoria de Claudia Sheinbaum como presidenta electa de México, parece que muchos políticos han encontrado una nueva «Santa Claus». Desde que se anunció su triunfo, estos “líderes” han comenzado a enviar largas listas de deseos y peticiones, como si Sheinbaum tuviera una varita mágica para resolver todos sus problemas.
Es alarmante ver cómo esperan que la doctora Sheinbaum les solucione todo, desde proyectos estancados hasta problemas de infraestructura. Este comportamiento es una muestra clara de irresponsabilidad y falta de madurez política. En lugar de actuar y resolver los problemas que vienen con la responsabilidad de los cargos que buscaron por elección popular, prefieren sentarse y esperar a que alguien más lo haga por ellos.
Lo más indignante es que muchos de estos “políticos” están presionando a la presidenta electa con el argumento de «la cantidad de votos» que supuestamente aportaron a su victoria. La realidad es que el triunfo de Claudia Sheinbaum se debe al movimiento de la Cuarta Transformación, a los programas sociales y a la marca AMLO, que sigue siendo un fuerte imán de votos. Creer que su apoyo fue decisivo es simplemente una muestra de arrogancia y desconexión con la realidad.
Este tipo de actitud no solo carga al nuevo gobierno de Sheinbaum con expectativas irrealistas, sino que también la distrae de sus prioridades nacionales. En lugar de ayudarla la están sobrecargando, complicándole desde ahora su trabajo cuando asuma la presidencia en octubre.
Un verdadero líder no espera que otros resuelvan sus problemas. Los políticos locales deberían estar utilizando sus propios recursos y capacidades para enfrentar los desafíos que tienen delante. Depender de Sheinbaum para todo es una muestra de falta de iniciativa y compromiso real con sus comunidades.
En lugar de enviar listas kilométricas de peticiones, deberían estar buscando formas de apoyar a la nueva administración. Proponer colaboraciones, ofrecer recursos y presentar planes viables sería mucho más constructivo que simplemente esperar soluciones mágicas desde arriba.
Claudia Sheinbaum tiene un trabajo enorme por delante. Agregarle la responsabilidad de resolver problemas locales que deberían ser manejados por los propios políticos es irresponsable y desleal. Aquellos que ahora quieren que la doctora les resuelva la vida deberían recordar que nadie les obligó a postularse a un cargo de elección popular y que este conlleva retos y desafíos, que fueron elegidos para trabajar por sus comunidades, no para delegar sus responsabilidades y si no pueden con el paquete, simplemente que renuncien.
Ya es tiempo, de que estos “líderes” se pongan a trabajar y dejen de esperar milagros. La victoria de Sheinbaum debería ser una oportunidad para renovar su compromiso con el servicio público, no una excusa para pasar la pelota y esperar que todo les caiga del cielo.