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Tamaulipas es territorio Morena

Sin Filtros; por Brenda Ramos

El poderío de Morena en el escenario político mexicano se ha solidificado, transformándose en un bastión impresionante desde su creación hace apenas una década. La victoria aplastante de Claudia Sheinbaum este domingo es tan solo la punta del iceberg de un cambio profundo y estructural en las dinámicas de poder en México. Claudia Sheinbaum aseguró la presidencia con 33,226,602 votos, representando el 59.3577% de los votos, frente a Xochitl Galvez que obtuvo 15,620,726 votos con el 27.90 %, y Maines que recibió 5,832,105 votos con el 10.4187%.

Desde un modesto inicio en 2014 con el registro oficial como partido, Morena ha escalado vertiginosamente, llegando a gobernar 25 de las 32 entidades federativas en la actualidad, un aumento dramático desde los cuatro estados de 2018. Este dominio no es casualidad ni obra de un fenómeno electoral pasajero. Refleja una estrategia bien orquestada y la resonancia de un mensaje que ha calado hondo en la psique colectiva del país. A lo largo de los años, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, Morena ha tejido una narrativa de cambio y esperanza que ha desplazado a viejas estructuras, como la del PRI, que después de casi un siglo de influencia predominante, ahora se ve reducido a gobernar apenas un par de estados.

En el epicentro de este cambio se encuentra Tamaulipas, una entidad que no solo refleja la transformación del mapa político nacional, sino que también ha demostrado ser un claro ejemplo de liderazgo efectivo bajo la dirección de Américo Villarreal.

En el ámbito legislativo, Morena ha consolidado su dominio al obtener la mayoría en el Congreso del Estado con el triunfo en 20 de los 22 distritos electorales. Esta mayoría cómoda asegura que Américo Villarreal podrá gobernar sin problemas, impulsando todas las reformas necesarias para transformar Tamaulipas.

En las elecciones municipales, Morena continuó demostrando su fuerza al hacerse con el control de 24 de los municipios del estado, entre ellos los más grandes e importantes, mientras que la coalición opositora mantuvo 17, de menor tamaño. Este panorama político refuerza aún más la posición de Morena y facilita la implementación de políticas en distintos niveles de gobierno local.

Un cambio notable se observó en el sur de Tamaulipas, donde el PAN perdió su último gran bastión, quedando en manos de Morena gracias al triunfo de Mónica Villarreal Anaya, una victoria considerada muy difícil de lograr. En Madero y Altamira, Morena también se impuso sin dificultades, aunque en el Distrito 8, las circunstancias que rodearon la candidatura de Adrián Oseguera, como su ausencia de campaña durante 40 días y su nombre omitido en la boleta, que crearon confusión entre los ciudadanos.

Sin embargo, a pesar de estos contratiempos, Adrián Oseguera sí estará en San Lázaro. Será diputado federal por la vía plurinominal de la segunda circunscripción, asegurando que será la voz de los tampiqueños y maderenses. Este hecho demuestra que las malas prácticas de intentar excluir a Oseguera no tuvieron el efecto deseado, y ahora será un digno representante en el Congreso de la Unión. Reconocido por su compromiso y resultados, con Oseguera en el legislativo, su distrito y Tamaulipas en general se beneficiarán significativamente.

Estos resultados, combinados con el control firme en el Congreso Estatal, no solo subrayan la influencia en aumento de Morena en Tamaulipas, sino que también reflejan la participación entusiasta de sus habitantes en una elección histórica. Bajo el liderazgo comprometido de Américo Villarreal, Tamaulipas ha demostrado una apertura al cambio en un momento crucial, marcando la elección de la primera mujer presidenta de México.

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