Opinión con sentido

Las dos caras del Dios Janus y la decisión de Claudia Sheinbaum

Por: Vicente Hernández

“Un dilema es un político tratando de salvar sus dos caras a la vez.”
«Abraham Lincoln»

Dentro de algunos días le será entregada a Claudia Sheinbaum la constancia de mayoría, con la que pasará a ser la “virtual ganadora” a “presidenta electa” siendo el siguiente paso el día primero de octubre cuando será proclamada “Presidenta de la República Mexicana” dando inicio a un nuevo gobierno, y a una histórica y nueva apertura, siendo la primera mujer mexicana en alcanzar la presidencia de la república, ya que desde el 10 de octubre del año de 1824 (hace casi 200 años) cuando rindió protesta Guadalupe Victoria como primer presidente de México, todos los presidentes habían sido del género masculino.

La victoria de la señora Sheinbaum fue indiscutible e inapelable, de esto no me queda ni la menor duda, aunque solo me quedaría una interrogante: ¿gobernara la nueva mandataria mirando al pasado, o mirando hacia al futuro? ya que, de acuerdo a la opinión de varios analistas, Andrés Manuel López Obrador gobernó mirando hacia el pasado, reviviendo viejos proyectos, culpando a sus antecesores, y cayendo en los viejos vicios que tanto critico del PRI y del PAN.

Esta interrogante me hace recordar al dios Janus de la mitología romana, y compararlo con Claudia Sheinbaum, debido a que esta deidad fue uno de los dioses más interesantes y enigmáticos, toda vez que a diferencia de otros dioses, Janus poseía dos caras, mirando siempre hacia el pasado y hacia el futuro al mismo tiempo, motivo por el cual se le conoce como el dios de dos caras, este Dios también es conocido como el dios de las puertas, los comienzos y las transiciones, aunque también representa la dualidad de la naturaleza humana y la ambigüedad de la realidad, y en estas características baso mi ejemplo de paralelismo.

Para empezar Claudia recibirá un México con el tejido social hecho pedazos, de igual manera recibirá una economía mucho más débil que la que recibió López Obrador de manos de Peña Nieto, por esta razón la presidenta Claudia, mirando hacia el futuro, ratifico en su cargo por seis años más al Dr. Rogelio Ramírez de la O. al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), por considerar que es un hombre honesto, conocedor, profesional, y un gran servidor público, que dará certeza de buen manejo económico que hoy día tanto necesita México.

La anterior seria la cara de Claudia que mira hacia el futuro, pero en contraposición esta su otra cara que mira hacia el pasado, impulsando iniciativas que López Obrador no logro alcanzar, siendo una de ellas la Reforma Judicial, que ya antes que sea discutida e (indudablemente) aprobada en las dos Cámaras, a tenido repercusiones, tanto en la Bolsa de Valores como opiniones a nivel internacional, como lo declarado hace días por el encargado del Departamento de Estado para América Latina, Brian Nichols, donde instó a la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a que la profunda reforma judicial que debatirá el Congreso mexicano, respete las inversiones extranjeras previstas en el tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC).

Por el momento solo especularemos sobre hacia donde fijaran sus miradas las dos caras de Claudia: hacia un pasado que ya fue juzgado y condenado por López Obrador, o hacia un futuro con un nuevo estilo de gobierno, con cierto grado de inclusión a nuevos valores en economía, salud, educación y administración, porque lo cierto es que de López Obrador hereda deudas, una empresa petrolera quebrada, compromisos de gasto creciente y a la vez, la obligación ineludible de hacer recortes al presupuesto para bajar el elevado déficit del sector público entre otras cosas peores.

Como mexicanos, deseamos que a la presidenta Claudia le vaya bien, que tienda lazos para reestablecer la concordia y avanzar en su programa de gobierno, con respeto y atención a los que disienten, y que mejore la relación con la oposición, porque esto existe en todas las democracias, que guarde en sus estuches a los “fantoches” oficiales cuya tarea es la de atropellar, insultar y despreciar como Gerardo Fernández Noroña, Layda Sansores, Arturo Saldívar, y el más ponzoñoso “Epigmeo” Ibarra, quien hace días se le oyó referirse a periodistas e intelectuales respetables como; “viles mercenarios de la oligarquía” porque de no hacerlo, estaremos condenados a que una de las imaginarias dos caras de Claudia Sheinbaum este mirando nuevamente al pasado durante sus seis años de gobierno, y eso no es bueno para México ni para los mexicanos.

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