Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
En las elecciones que acaban de pasar, Lalo Gattás ha hecho historia en Ciudad Victoria. En 2018 se convirtió en el primer presidente municipal de izquierda y también el primero en ganar una reelección, obteniendo más de 68,000 votos; resultado que lo convierte en el segundo candidato más votado en la historia de la ciudad, solo superado por Miguel González Salum, quien en 2010 consiguió más de 87,000 votos.
La elección fue muy disputada, pero Gattás logró vencer a Óscar Almaraz, el candidato del PRIAN y de la corriente cabecista que lidera el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Resulta curioso que, en sus inicios, Gattás fue quien enseñó a Almaraz cómo manejar una campaña electoral y ahora Lalo ha demostrado su liderazgo y su capacidad para conectar con los votantes, llevándose la victoria.
En su discurso, Gattás mostró madurez política al dirigirse a sus seguidores, a quienes llama sus «guerreros». Aseguró que en esta elección triunfaron la democracia y la voluntad del pueblo. Prometió gobernar para todos, sin distinciones. «Tengan por seguro que no les fallaré, habremos de gobernar para todos y sin distingo», dijo con firmeza.
Gattás también reconoció la participación de todas las fuerzas políticas y ofreció trabajar junto a sus oponentes en los próximos tres años. Este gesto de unidad es crucial en tiempos de polarización política. Además, expresó su voluntad de seguir siendo aliado del gobernador Américo Villarreal Anaya, con el objetivo de trabajar juntos por el bienestar de Victoria.
En el recuento de la historia es bueno analizar los liderazgos que dejan huella, en este caso como mencionamos en un principio, las tres votaciones más altas en la historia de Victoria fueron marcadas por tres hombres:
1. 2010 – Miguel González Salum: 87,755 votos
2. 2024 – Lalo Gattás: 68,628 votos
3. 2018 – Xico González: 67,150 votos
La victoria de Gattás ha quedado grabada en la historia, demostrando su habilidad para generar confianza y su capacidad para liderar, consolidándose como una figura clave en la política estatal, y demostrando que en la capital, la democracia y la voluntad del pueblo son los verdaderos ganadores, porque en Victoria el pueblo mandó y eligió su mejor opción.