El triunfo de Claudia: motivo de fiesta para algunos y desesperanza para otros
Por: Vicente Hernández
“Me preocupa mucho que los ricos sean dueños de nuestra democracia. [Se] siente como si se estuvieran haciendo esfuerzos muy reales para deshabilitar nuestra democracia. Entre la forma en que nuestros derechos como votantes están siendo atacados, la forma en que las elecciones en sí mismas están siendo manipuladas… Realmente creo que si no nos presentamos en este momento, [habremos] perdido potencialmente nuestra última oportunidad de controlar realmente esta administración” «América Ferrera»
El pasado domingo se llevaron a cabo una de las elecciones más polémicas de los últimos 18 o 20 años, y en opinión de algunos analistas, el triunfo del partido izquierdista Morena, retrocede al país a los años 70’s, a los tiempos de los partidos hegemónicos, del poder absoluto y dictaduras perfectas: los tiempos del PRI el otrora partido aplanadora, y que por alguna razón todavía sobrevive, pero su clasificación después de la debacle del domingo, está calificada al nivel del Partido Movimiento Ciudadano, y siendo el PRI un anciano de 95 años, su desaparición del mundo político casi esta a la vuelta de la esquina.
La victoria de Claudia Sheinbaum es histórica, por el hecho de haberse convertido en la primera presidenta de México, cargo que estaba reservado (como el Club de Tobi) solo para hombres, debido a una fuerte tradición machista, aunque hay que reconocer que detrás de estos resultados esta la mano populista de Andrés Manuel López Obrador, y su proyecto de la Cuarta Transformación, en la cual, como en todas las ideologías de izquierda radicales, el presidente Andrés Manuel durante sus años de gobierno, se dedico a capitalizar y alimentar la marginación y el resentimiento de clases, mientras promovía diversos programas sociales para 25 millones de familias, que finalmente influyeron de manera determinante en las pasadas elecciones.
El triunfo obtenido por la candidata de Morena este domingo, es una victoria para Morena y los integrantes de las altas esferas del poder, pero no para el mexicano de a pie, el que voto por un cambio, aunque si habrá de darse pero de manera inversa, ya que Morena tendrá una mayoría calificada en el congreso, y a un punto de tenerlo también en el Senado, que le confiere facultades para hacer reformas al poder judicial y al Instituto Nacional Electoral, (INE), así como el control total para eliminar pesos y contrapesos, y un poco más adelante podrían desaparecerlos, ya que durante su campaña, Claudia siempre expreso su deseo de anular la presente Constitución, e implantar una nueva Constitución de llegar al poder, y ante estas expectativas de vientos de cambios, la democracia y las libertades en México, se están cotizando a la baja.
Se estima que los próximos seis años no serán fáciles para México, debido a una mayor concentración de poder, con más corrupción, mayor presión a las organizaciones independientes, a los medios periodísticos, a las madres buscadoras, a las activistas sociales, y sobre todo a la sociedad civil, en quien recaerá el peso de defender sus instituciones, y hacerlas prevalecer ante el poder absoluto del partido hegemónico en el que se convirtió Morena, y que podría convertirse en una dictadura, esa que siendo luchador social López Obrador tanto crítico, y a su manera combatió, pero que secretamente al mismo tiempo admiro, y las que el día de hoy siguen siendo aliadas ideológicas del gobierno morenista que está por terminar, dictaduras que festejaron el triunfo de la candidata de Andrés Manuel, al menos así lo expresaron los dictadores Miguel Díaz Canel de Cuba, Daniel Ortega de Nicaragua y Nicolás Maduro de Venezuela.
De acuerdo a los recientes datos que arrojo los conteos rápidos del INE y en el PRE, Morena Junto con el PT y PVEM, tendrán un estimado de entre 346 y 380 diputaciones federales, y entre 76 a 88 senadurías, lo que se traduce en que seguramente gozará de una mayoría de más de 66% en la Cámara de Diputados, y muy probablemente este mismo porcentaje en el Senado, algo que en el próximo mes de septiembre le permitirá al presidente Andrés Manuel, lograr que el Congreso apruebe las reformas constitucionales que propuso hace algunos meses, para transformar (o desaparecer) al INE y al Poder Judicial federal, y reconfigurar la estructura del Poder Legislativo, reduciendo el número de legisladores, despareciendo los plurinominales y el método de su elección.
Para los millones de mexicanos que fueron participantes en el desarrollo del proceso electoral, el triunfo de Claudia Sheinbaum es motivo de fiesta; aunque para otros tantos millones de mexicanos es motivo de desesperanza, y piensan que el analizar los resultados de esta elección es una tarea indispensable, ya que las interrogantes en todo México son: ¿Porqué arrasó la coalición oficial con cifras tan elevadas que raya en lo increíble? ¿Qué sigue para los ciudadanos críticos? ¿Qué sigue para las mujeres buscadoras organizadas, y las valientes feministas que se han sentido defraudadas por este gobierno? eso lo sabremos después del mes de septiembre, cuando la virtual ganadora de la presidencia deje ver su verdadera cara; la de la izquierda radical o la de la izquierda moderada, eso lo sabremos dentro de los primeros tres meses del nuevo gobierno morenista.