Por Óscar Aldrete.
Politólogo.
Salvador García Soto, un periodista chilango, escribe por encargo ($), lo que le resta credibilidad y legitimidad ante los electores que lo leen. Aborda con ligereza y sin fuente confiable alguna un tema sobre una supuesta extorsión a unos empresarios de alimentos en maquiladoras, llevada a cabo por la “delincuencia organizada” a través de un “funcionario estatal”. Esto es totalmente fuera de lugar y sin sustento alguno.
Una señora de apellido Aldrete (que aclaro, no es familiar mío) lo expone burdamente en una entrevista con Susana Uresti en Radio Fórmula, con el ánimo de afectar a un joven limpio y decente, cuyo único “delito” fue aspirar legítimamente a la presidencia municipal de Reynosa, Tamaulipas, llamado Luis Miguel Iglesias Elizondo.
Esta conjura mediocre fue hecha desde la presidencia municipal, teniendo como actores intelectuales y materiales, una vez más, a Maky Ortiz y su extensión maquiavélica Carlitos Peña. Ahí se fraguó todo.
Recordemos que Carlitos Peña denunció en el Valle de Texas a funcionarios del gobierno estatal americanista por acoso y amenazas (pobrecito). De ahí viene toda esta trama telenovelesca al puro estilo oligofrénico de la impresentable Maky Ortiz y su “Sancho Panza”, Carlitos Peña.
La honestidad, limpieza y nobleza de Luis Miguel Iglesias Elizondo están por encima de estos deshonestos personajes de la política regional: Maky Ortiz y Carlitos Peña.
