En Río Bravo, la transformación continuará
El pueblo rechaza a los gobernantes del pasado
Sin Filtros; por Brenda Ramos
En Río Bravo, los gobernantes del pasado preferían vivir en el Valle de Texas y despachar en nuestra ciudad apenas unas horas a la semana. Pero aquellos que sí residían en el municipio, porque estaban impedidos legalmente de cruzar al país vecino, no fueron mejores. Quienes dirigieron la ciudad en tiempos anteriores lo hicieron marcados por la inmoralidad, la drogadicción, y el alcoholismo. Fueron déspotas y bravucones, perpetuaron el nepotismo y dilapidaron recursos en aumentar sus bienes muebles e inmuebles, en viajes, conciertos y hasta cirugías estéticas financiadas a costa del progreso y transformación del pueblo.
Encarnaban la ostentación y la extravagancia, distantes de cualquier atisbo de liderazgo o responsabilidad. Ante la posibilidad de que muchos de estos personajes intentan regresar al poder bajo el ala de Miguel Ángel Almaraz y el PAN, la ciudadanía de Río Bravo muestra una resolución firme: el pasado no puede ser su futuro. No desean, ni merecen, revivir un capítulo en el que la presidencia municipal se convierta en un Sodoma y Gomorra otra vez.
En contraste con este sombrío panorama del pasado, emerge la figura de Lalo Yáñez, candidato de MORENA para la alcaldía de Río Bravo. Yáñez representa una bocanada de aire fresco en el ambiente político local: ha vivido toda su vida en la ciudad, es un hombre de familia y de trabajo, conocido por tener mucha palabra y su alejamiento de cualquier escándalo o problema legal. Este contraste es especialmente notable frente a Miguel Almaraz, cuyo historial incluye años en prisión, (una sombra que muchos consideran aún oscurece su capacidad para liderar).
Lalo Yáñez no solo ha dedicado su juventud a servir a la comunidad, sino que también ha demostrado que sabe tejer fino en la política. Su capacidad de cabildeo, por ejemplo, ha sido fundamental para traer mejoras tangibles a Río Bravo, como la construcción de nuevas carreteras y la remodelación del gimnasio Las Liebres, infraestructuras que promueven tanto el desarrollo económico como el bienestar social. Además, Yáñez ha sido un pilar en la implementación del programa «Yo también soy diferente», ofreciendo apoyo mensual a quienes más lo necesitan, ocupando sus horas en beneficio de los ciudadanos en lugar de pasarse los la mitad de la semana en los bares locales, de peda y parranda como su competencia.
Acciones que reflejan su entendimiento de las responsabilidades esenciales a un verdadero liderazgo. La política para Lalo Yáñez es una herramienta hacia mejorar la vida de los riobravenses (como ya lo ha estado haciendo), no una plataforma para mantener los vicios, lujos ni adicciones de nadie.
La elección que enfrenta Río Bravo es más que una decisión entre dos candidatos; es una elección entre dos futuros. Lalo Yáñez, durante su breve mandato previo, ha demostrado un compromiso genuino con todos los sectores de la comunidad, incluyendo a las familias del campo y las jefas de familia. Sus iniciativas, como el apoyo a los «Sembradores de Esperanza» y su promesa de fortalecer el programa para la mujer vulnerable a través de servicios esenciales, son ejemplos claros de un liderazgo que entiende y atiende las necesidades reales de los riobravenses.
Este 2 de junio, los ciudadanos de Río Bravo tienen la oportunidad de elegir un camino que continúa avanzando hacia la transformación y el desarrollo sostenible, dejando atrás las sombras del pasado. Río Bravo merece liderazgo que viva en el presente y trabaje por el bienestar de todos, no que vuelva a caer en los errores que tanto les costaron. Con Lalo Yáñez, Río Bravo no solo tendrá un alcalde, sino un verdadero representante de sus esperanzas y necesidades.