Sin Filtros; por Brenda Ramos
Ciudad Victoria tiene memoria. Y esa memoria colectiva se niega a olvidar los estragos causados por quienes, desde la política, prometieron progreso, pero dejaron a su paso un rastro de deudas y desilusión. En el epicentro de este descontento se encuentra un nombre que se escucha con desprecio en las calles victorenses: Óscar Almaraz Smer.
El candidato de Acción Nacional, se enfrenta a una población que recuerda sus malas gestiones y los daños financieros que causó en Ciudad Victoria y en todo el estado de Tamaulipas, además de que no le ayuda el pertenecer al grupo político del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, al que el TRIFE ha decidido recientemente la postulación a la diputación plurinominal debido a su condición de prófugo, lo que contribuye a la decadencia política del grupo al que Almaraz pertenece.
En medio de la gran cantidad de descontento, Almaraz, consciente de su delicada situación, ha optado por una táctica desesperada: la guerra sucia. No obstante, su ira hacia el candidato de Movimiento Ciudadano, Luis Torre Aliyan, solo demuestra su desesperación al experimentar el tufo de la derrota, respirando en sus oídos.
El desafío de Torre a Almaraz para presentar públicamente su declaración patrimonial ha puesto de en evidencia al candidato panista al grupo cabecista, que se encuentra en decadencia. Pero su intento por enlodar a Luis solo refuerza aún más la percepción de su inevitable derrota en las próximas elecciones.
Los victorenses se han dado cuenta de su juego, ya que no olvidan cómo Almaraz, respaldado por sus compinches, llevó a la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Victoria al borde de la quiebra. Fue bajo su gestión que esta vital institución se sumió en deudas millonarias, dejando a la ciudad con escasez de agua y afrontando deudas millonarias.
Pero Almaraz no actuó solo, encabezando esta lista de sus cómplices, está Gustavo Rivera Rodríguez, quien fungió como titular de COMAPA en Victoria y fue acusado de orquestar el desfalco financiero que llevó a la institución al borde del colapso.
La auditoría del 26 de junio de 2022 en COMAPA reveló la herencia de corrupción y mal manejo administrativo dejada por Almaraz y su amigo Gustavo Rivera Rodríguez. En 2018, su gestión prácticamente dejó a la institución en bancarrota, acumulando una deuda millonaria y dejándola sin energía eléctrica. A pesar de las exigencias de justicia por parte de figuras como el ex presidente del PRI estatal, Enrique Cárdenas del Avellano, los cabecistas perdonaron a Rivera Rodríguez, dejando abierta la puerta para que ambos vuelvan a amenazar las finanzas públicas, en un juego político en el que la ciudadanía no está dispuesta a participar.
A pesar de que la sombra de sus malas decisiones sigue proyectándose en la ciudad, Óscar Almaraz Smer trata desesperadamente de mantenerse en una batalla que parece estar a punto de terminar. La ciudad de Ciudad Victoria no puede olvidar cómo, junto con sus cómplices, llevó a la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado al borde de la quiebra, lo que llevó a la ciudad a enfrentar una crisis de abastecimiento de agua sin precedentes.
Con un séquito de personajes impresentables a su lado y enlodado completamente por pertenecer al establo vacuno, Almaraz intenta desesperadamente mantenerse a flote, pero el pueblo de Ciudad Victoria ya no está dispuesto a perdonar sus acciones pasadas, no ha olvidado y no le dará la oportunidad de volver a saquear el erario de la capital.
