En Río Bravo: “El pueblo manda”
Sin Filtros; por Brenda Ramos
En Río Bravo, la historia política no ha sido escrita por los que se pliegan fácilmente ante el poder. Ha sido forjada por aquellos que, con valor, han luchado por la autonomía y la justicia social. Este municipio, conocido por su espíritu guerrero y su anhelo de independencia, ha desafiado la corriente dominante del PRI durante décadas, situándose como un bastión de la oposición en Tamaulipas. Figuras como Juan Antonio Guajardo Anzaldúa son emblemas de esta lucha, por lo que Guajardo es recordado no solo por su liderazgo político sino también por su trágico destino, que evidencia el alto costo de enfrentarse a los poderes establecidos.
Fue debido a este anhelo de cambio que los ciudadanos le dieron la oportunidad de gobernar al partido Acción Nacional y fueron ellos mismos los que les retiraron la autoridad en 2021, cuando por primera vez llegaba MORENA a gobernar la ciudad.
Ahora en 2024, el espíritu combativo de Río Bravo se ve reflejado en la figura emergente de Joel Eduardo Yáñez Villegas de MORENA, un joven hombre que refleja la dedicación, la familia y el duro trabajo. Su juventud, lejos de representar una desventaja, ha sido su fuente de energía para servir a los ciudadanos con un enfoque limpio y renovador.
La encuesta reciente realizada por PERCEPCIÓN SOCIAL lo muestra adelante, con un 54% de la intención de voto, señal de que su mensaje de trabajo y dedicación está calando hondo en el corazón de los ciudadanos, frente a un 28% de Miguel Ángel Almaraz Maldonado por Acción Nacional.
Por otro lado, la figura de Miguel Ángel Almaraz Maldonado del PAN, sigue sin “prender” en su campaña electoral. Esto a pesar de que su grupo de aliados, siguen insistiendo en que, su pasado en prisión por el delito de huachicoleo, no afecta su presente. Además, que, para contrarrestar su imagen negativa, desde que inició la administración en 2021, tienen una campaña anónima de desprestigio en redes sociales contra la familia Villegas y los demás miembros de MORENA, pero sin tocar a la diputada Casandra de los Santos, quien por debajo de la mesa es su aliada más fuerte para que el voto cruzado los aventaje.
Pero el pasado de Almaraz si pesa y no lo decimos nosotros, lo dijo el propio Felipe Calderón en 2021, cuando vía Twitter lo mencionó con nombre y apellido como un “Candidato impresentable”, por supuesto por haber estado en prisión. Tal vez sea por eso, que siga sin levantar su campaña o por el contrario, sea su presente el que no lo ayude.
¿Qué hay con su presente? Su conducta recuerda a la imagen de Carlos Ulivarri, marcado por una gestión plagada de escándalos, excesos, fiestas, bebida y una conducta distante de lo que se espera de un servidor público. Este legado de frivolidad y despreocupación por el bienestar ciudadano que manchó la reputación del PAN en la región, camino que no parece estar lejano del hombre que ha pasado los últimos años dedicando la mayoría de sus días y noches en visitar bares o estar presente en fiestas y parrandas.
Pero no todo es cuestionable en la oposición, ya que, la participación de Edgar Olvera por el PRD parece ser una nota al margen de esta lucha por la alcaldía. Su candidatura podría interpretarse como un rechazo a la corriente de los políticos del pasado (Como Ulivarri y Miguel Almaraz) que contribuyeron a la caída de Acción Nacional con sus conductas y los beneficios personales conseguidos por encima del servicio a la comunidad.
En cuanto al camino de Lalo, ni la estrategia digital, plagada de bots o los ataques anónimos, han mermado en su camino pues los riobravenses han demostrado una vez más su habilidad para discernir entre el ruido y la sustancia. No se dejan engañar fácilmente, y su preferencia por Yañez Villegas refleja una madurez que busca la honestidad y la integridad por encima de todo.
Río Bravo, al final del día, exige líderes que reflejen sus valores más profundos: el trabajo duro, el respeto por la familia, y una política de cercanía con la gente. La ciudad manda y, si las tendencias continúan, es probable que Lalo salga victorioso con una administración que se centra en el pueblo y no en los excesos ni las adicciones como en el pasado.
En Río Bravo, la elección parece clara: una victoria para el morenista está en el horizonte, no solo como un triunfo electoral sino como una afirmación de la identidad y los principios de una ciudad que no cede ante la adversidad.