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Cae Francisco de Cabeza y con él, Miguel Gómez Orta

Sin Filtros; por Brenda Ramos

La reciente decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de retirar la candidatura a diputado de Francisco García Cabeza de Vaca ha resonado con estruendo en los círculos políticos de Tamaulipas, afectando a aliados y colaboradores, entre ellos a Miguel Ángel Gómez Orta, quien cayó de cabeza junto a Francisco, derecho a la derrota al buscar la alcaldía en Altamira.

García Cabeza de Vaca, conocido por su pésima administración como exgobernador de Tamaulipas, salió por la puerta de atrás de su gobierno, marcado por acusaciones legales y órdenes de aprehensión, ha sido un pilar en la estructura política que también ha sostenido carreras como la de Gómez Orta. Con la caída de García Cabeza de Vaca, se desmorona el soporte para Gómez Orta, cuyos actos pasados y presentes ahora enfrentan un escrutinio renovado y una probable condena pública.

Miguel Ángel Gómez Orta, el candidato de Francisco a la alcaldía de Altamira, ha sido una figura central en numerosos escándalos. Desde fraudes millonarios hasta sobornos a autoridades judiciales y policiales, su carrera ha estado marcada por una constante evasión de la justicia y manipulación del poder político para su beneficio personal. Su inicio en la política estuvo caracterizado por la influencia de Tomás Yarrington y Genaro de la Portilla, quienes facilitaron su salida de prisión en un claro ejemplo de corrupción y compadrazgo político.

Gómez Orta no solo ha explotado su posición para enriquecerse a través de cargos como Subdirector de Alcoholes y Director de Obras Públicas, sino que ha manipulado las leyes y el poder judicial a su favor, convirtiéndose en un maestro del fraude y la traición. Proceder que ha sido apoyado y reforzado dentro de un sistema donde los puestos políticos y las alianzas se traducen en inmunidad y oportunidades para perpetrar más corrupción.

Sin embargo, con la reciente caída de García Cabeza de Vaca, este sistema de apoyo mutuo se ve gravemente amenazado. El TEPJF ha señalado claramente que las acciones legales y las órdenes judiciales no pueden ser ignoradas, lo que pone a Gómez Orta en una posición precaria. La retirada de la candidatura de su aliado le resta un importante respaldo político, y pone en relieve su propio historial de malversaciones y abusos.

La imagen de Francisco, cada vez más deteriorada, arrastró con él a todos los cabecsitas. Incluso Ricardo Anaya consiguió su candidatura a pesar de llevar más tiempo prófugo de la justicia que él.

En su actual campaña para alcalde de Altamira, Gómez Orta, al igual que su titiritero, morderá el polvo. Gómez Orta se enfrenta a un adversario popular respaldado por sectores respetables de la sociedad y una imagen pública, que los ataques del equipo de Miguel, no han podido ni rasguñar.

 Además, la revelación de sus conexiones con figuras desacreditadas y sus continuos escándalos han erosionado cualquier vestigio de apoyo popular que podría haber tenido. La verdad es que el pueblo de Altamira tiene memoria, y los errores de su pasado y sus cuentas con la justicia le cobrarán factura.

La decisión del TEPJF no solo fue un revés para García Cabeza de Vaca, sino que fue el golpe que actúa como un catalizador que desmantelará una red de corrupción en Tamaulipas, con Gómez Orta en el sur y otros actores políticos en el norte y centro.

El futuro político de ambos, ahora en entredicho, se perfila no solo como una pérdida de poder, sino como el evidente final de sus carreras bajo el peso de la justicia, la derrota y la desaprobación pública.

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