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Francisco caerá de cabeza

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Ríos de tinta han corrido denunciando la obsesión del exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, por obtener fuero ‘a como fuere’. En un esfuerzo desesperado por eludir la justicia, su estrategia para asegurar inmunidad a través del escaño legislativo lo llevará a caer de cabeza, pues, en el actual terreno político mexicano, Francisco se enfrentará ante las fuerzas de un sistema que, tarde o temprano, se ajusta para reclamar justicia.

La fundación de la Cámara de Diputados y la de Senadores en México, en 1821 y 1824 respectivamente, marcó el inicio de una era democrática donde el poder legislativo emergió como un reflejo de la voluntad popular. Inspiradas en las ideas de teóricos como Locke y Montesquieu, estas cámaras son el corazón de nuestra democracia, encargadas de crear leyes y fiscalizar al gobierno. Sin embargo, nunca faltarán los rufianes que busquen el escaño para beneficiarse de la impunidad que les da el puesto, convirtiendo las cámaras en su nido de corrupción.

Pero la historia nos muestra que los casos de desafuero son más comunes de lo que pensamos: José López Portillo y Rojas (1909): Fue acusado de fraude, Carlos Madrazo, Sacramento Joffre y Pedro Téllez Vargas (1945): Acusados de tráfico de tarjetas para braceros en EE. UU, Félix Ireta Viveros (1947): Acusado de falsificación de documentos, Jorge Díaz Serrano (1983): Acusado de fraude en Pemex, René Bejarano Martínez (2004): Fue juzgado por corrupción, Julio César Godoy Toscano (2010): Acusado de vínculos con el crimen organizado, Lucero Guadalupe Sánchez López (2016): Acusada de nexos con Joaquín «El Chapo» Guzmán, Cipriano Charrez Pedraza (2019): Acusado de homicidio doloso, son algunos de los casos de desafuero que han existido en México.

Como los desenlaces más sonados y sobresalientes de estos, podemos mencionar al exdirector de PEMEX Jorge Díaz Serrano, quien, con la llegada de Miguel de la Madrid a la silla presidencial, alcanzaría el escaño de la senaduría por el PRI y que fue encarcelado por el señalamiento de fraude por 5 mil millones de pesos, con los que compraría dos barcos petroleros años atrás.

Julio César Godoy quien se convirtió en prófugo de la justicia al ser acusado de vínculos con el crimen organizado y Lucero Guadalupe Sánchez López, enjuiciada y condenada en Estados Unidos por tener vínculos con el Chapo Guzmán, lo que nos demuestra que “la justicia tarda, pero llega”.

En el caso de Francisco García Cabeza de Vaca quien encabeza la lista de plurinominales, habiéndose conseguido así el fuero que tanto deseaba, una vez que pise tierras mexicanas estará poniendo su cabeza en bandeja de plata para que MORENA y aliados inicien contra él ya sea un proceso de desafuero o un juicio político.

Si nos basamos en las cifras actuales, MORENA y Aliados tienen el 55 % del 66 % que se requiere para tener la mayoría calificada para iniciar esos procesos y con la debacle de los partidos de oposición y una candidata que no ha logrado prender ni avanzar en las encuestas o en el ánimo de los ciudadanos encabezando la fórmula del PRI/PAN/PRD, pocos son los legisladores que catapultará a la cámara baja.

La desesperación de este sujeto al haber conseguido su escaño plurinominal con pase directo a la cámara baja sin necesidad de hacer campaña, desnudó todos los puntos débiles del desquebrajado equipo político que lidera y de su propia figura político electoral.

Primero, deja claro que esa inocencia que tanto pregona es más falsa que las oportunidades de victoria de su grupo de achichincles buenos para nada que impuso en los puestos de elección popular en Tamaulipas.

Segundo, su humillante retroceso con el electorado que alguna vez lo llevó a sacar de Tamaulipas al invencible PRI, hoy lo repudia al grado de que no se puede dar el lujo de contender ni siquiera por el escaño de diputado federal, porque sabe que tendría una aplastante y deshonrosa derrota.

Tercero, su prolongada estadía en Estados Unidos, que supera el año, entre comodidades y distante del verdadero clima político de Tamaulipas, lo ha hecho considerar el fuero como un refugio seguro contra las acciones legales, cuando la historia en México nos enseña que esta idea está muy alejada de la realidad especialmente cuando se enfrenta a una mayoría legislativa adversa.

Con MORENA y sus aliados dominando la Cámara y el descontento popular en aumento, es cuestión de tiempo antes de que las protecciones que Francisco García Cabeza de Vaca cree tener se desvanezcan. Su llegada a la Cámara de Diputados, lejos de ser un santuario, se perfila más como el preludio de un capítulo tumultuoso. En un entorno donde la mayoría calificada está al alcance de la mano para iniciar un proceso de desafuero o un juicio político, Francisco caerá de cabeza, demostrando que incluso los más astutos políticos no son inmunes a las consecuencias de sus actos en un sistema que, aunque lento, aún busca justicia.

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