Unidos ante la tragedia
Sin Filtros; por Brenda Ramos
El primero de octubre lamentablemente será recordado como trágico para todo Tamaulipas, especialmente para la zona sur luego del fatal y lamentable incidente tras desplomarse el techo de la iglesia Santa Cruz en Ciudad Madero, dejando a su paso hasta el día de hoy 11 muertos (Entre ellos menores de edad) y 60 heridos.
La mayoría de las personas, recibimos el día uno de cada mes con esperanza de que sea mejor que el anterior; este domingo había muchos planes, para las familias que asistirían a misa ya que muchos de ellos tenían planeado bautizar a sus hijos, ahijados, sobrinos, hermanos.
El tema es delicado, doloroso y muy triste sobre todo porque las familias que acudían al templo justo ese día que se suponía sería el inicio de muchos niños a la vida religiosa donde serían presentados ante el creador en una ceremonia colectiva de bautizos.
EL SUCESO IMPREVISTO
Las cámaras de seguridad de un negocio a la cercanía captaron en video el desplome a las 14:18 horas del domingo, a partir de ahí todo se convirtió en terror y caos. La gente curiosa se amontonó, muchos de ellos hicieron lo que pudieron, pero al carecer de herramientas y conocimientos necesarios para ayudar a las víctimas, causaron la frustración del personal de rescate quien en todo momento pedía silencio para escuchar las débiles voces de las personas atrapadas entre los escombros pidiendo auxilio.
“Regresé para ver, bajo el sol que los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla; porque el tiempo y el suceso imprevisto, les acaecen a todos” (Eclesiastés 9: 11). Este pasaje bíblico resulta ser cierto y muy doloroso.
Josefina Ramírez es una de las sobrevivientes de la catástrofe, la mujer compartió en redes de manera breve su sentir y su experiencia, primero dando gracias a Dios por seguir viva y después agradeció a las personas que la apoyaron a salir de los escombros, dirigiéndose al cuerpo de tránsito y a los estatales.
Por otra parte, la joven familia Cárdenas Rodríguez, integrada por Briana Rodríguez Hernández, así como Juan Carlos Rodríguez y su pequeño hijo de ocho años de edad Mauricio Alejandro, perdieron la vida. Los padres del niño, eran médicos cirujanos, que laboraban en el hospital Doctor Norberto Treviño Zapata.
Estos son solo dos casos que hemos recogido de redes sociales, sin embargo, son decenas de personas las afectadas por esta tragedia que jamás nadie imaginamos pudiera suceder.
HÉROES SIN CAPA
7 Unidades de Guardia Nacional y Guardia Estatal, 2 de Protección Civil y 7 de Cruz Roja, así como unidades de la Policía de Investigación, Sedena, Bomberos y grúas, Binomios Caninos, entre otras autoridades además de la ciudadanía en general, ayudaron a retirar escombro, llegaron con megáfonos, aguas, materiales médicos, lámparas y todo lo necesario para el rescate.
Causo melancolía y tristeza el observar algunos miembros de la iglesia entre ellos el sacerdote Ángel Vargas, ayudando y coordinando para rescatar a sus feligreses: “Los que se fueron descansan en paz y los que nos quedamos seguramente sufriremos toda la vida (…) yo espero que todos los que han sido hospitalizados se recuperen pronto y que las familias fortalezcamos nuestra fe”
HABLAN DESDE EL DOLOR
En redes sociales hubo y seguirá habiendo cientos o miles de opiniones y comentarios respecto a la tragedia. Muchos fueron de indignación y se fueron en contra tanto de las autoridades eclesiásticas, contra el gobierno y/o contra las autoridades de rescate.
Vaya, es completamente entendible que el dolor y la empatía hagan efervescencia en esos momentos. Por otra parte, con nada se repara la sagrada pérdida de vidas humanas, por lo que lo más lógico es que la ciudanía, sobre todo si resultaron afectados busquen culpables.
Y aunque las investigaciones se están realizando, las autoridades han informado que no se tenían indicios de ningún inconveniente en la iglesia. Si utilizamos el sentido común, de haber habido alguna señal de alerta, estamos seguros que los miembros de la iglesia y las autoridades locales no lo habrían dejado pasar.
AUTORIDADES LOCALES
El alcalde de la ciudad Adrián Oseguera, acudió al área y no se despegó en ningún momento de la zona; su prioridad en un inicio fue el rescatar a todas las personas bajo los escombros. Se le unieron autoridades de PEMEX, políticos locales, diputados locales y federales, así como los alcaldes de las ciudades vecinas.
Altamira y Tampico se unieron como hermanos ante la tragedia y apoyaron a la comunidad y a su alcalde le brindaron toda la ayuda necesaria. También el gobierno del estado se movilizó rápidamente, llegando al lugar el Secretario General de Gobierno Héctor Villegas, el Secretario de Salud Vicente Hernández y el Secretario de Seguridad Sergio Chávez.
El Gobernador Américo Villarreal Anaya también acudió al lugar para personalmente coordinar las labores de rescate y para dar el respaldo moral, cívico y ciudadano al alcalde y a la ciudadanía pues eso es lo que hace un verdadero líder.
Y si bien, fueron muchos los políticos que asistieron, no seremos nosotros quienes digamos que alguno de ellos haya sido oportunista al asistir. El tema es tan delicado, que en la conciencia de cada quien, recaerá si buscaron raja o fueron oportunistas.
Por lo pronto, los rescates terminaron, el alcalde aseguro a medios de comunicación que no dejarán solos a los familiares de las víctimas. En medio de la tragedia, la unión de la ciudadanía con las autoridades para rescatar y apoyar a las víctimas es un halo de esperanza ante la situación.
Se espera que otros edificios sean revisados para evitar que otra situación así suceda, ya que nos hacen de conocimiento que otras iglesias de la zona tienen una estructura de construcción similar; también deberían hacer lo mismo con escuelas y otras estructuras.
Las investigaciones siguen su curso, ni siquiera la oposición ha encendido el tema ni buscado culpables, lo que nos deja ver que es momento de estar unidos ante la tragedia.