Estado

CENA DE NEGROS, A jalar…

ENRIQUE PEÑA NIETO

Marco A. Vázquez

Plagado de ironía y hasta cinismo, el sistema político mexicano tiene métodos únicos para medir el cariño de los empoderados que son compadres, amigos, o por lo menos aliados, es así como se han acuñado frases que a la fecha son celebres.

Con carcajada como fondo todavía recordamos la respuesta del viejo Juan Cruz Villarreal (quien lo mismo fue Director de Personal en el Estado que Diputado en el Congreso, y ocupó muchos puestos más), cuando se le preguntó cuantos años llevaba como funcionario público de primer nivel, “he tenido muchos y muy buenos amigos desde hace más de 24 años (si mal no recuerdo)”, respondía, para rematar, “y ya sabes, amistad que no se refleja en la nómina es pura demagogia”.

Juan Cruz, fue un hombre con mucho sentido del humor, se burlaba hasta de su humanidad pero, eso si, afirmaba no tener nada tonto, se decía tan eficiente que no cometía fallas, “Y estoy en el presupuesto porque vivir fuera de el es vivir en el error”, establecía.

Las frase, si bien reflejan cierta soberbia hay que aceptar que están bañadas de sentido común, aderezadas con la sabiduría popular que tiene muchas situaciones parecidas y, a fuerza de ser sinceros, hay que decir que son muy reales, se gobierna y se administran presupuestos con amigos, con personas cercanas, con quienes se les tiene confianza de que harán las cosas bien ó, por lo menos, meterán las manos al fuego en las situaciones complicadas.

Es esa cercanía la que permite a los amigos más poderosos estar cerca en los momentos complicados de los que le siguen, para apoyarse a sabiendas de qué, cómo dice el refranero, la amistad se refleja en la cárcel y en la cama, en resumen, en los momentos difíciles se sabe de los amigos porque en los buenos siempre aparece alguien para estar a nuestro lado.

Valga toda esta introducción para señalar que ayer estuvo el Presidente Enrique Peña Nieto en Tamaulipas, visitó El Mante, también hizo un recorrido por las zonas afectadas por Ingrid en el sur del Estado, y posteriormente aterrizó en Tampico para presidir el Comité Estatal de Protección Civil que tiene como finalidad acelerar la llegada de presupuestos para resolver contingencias y problemas que se hayan registrado al paso de contingencias climatológicas.

Es decir, después de tanto que se rumoró que el presidente no quería a Tamaulipas los hechos, los momentos, detallan que llegó en una situación complicada, de enfermedad para muchas de nuestras comunidades, y que estableció compromisos para bajar recursos y solventar problemas de manera inmediata.

Peña Nieto estuvo con el gobernador Egidio Torre Cantú, ambos recorrieron territorio, también sobrevolaron las zonas de riesgo, e igual formalizaron compromisos para resolver los problemas causados por Ingrid a la brevedad posible.

Así, no llegó Peña Nieto a Tamaulipas en tiempo de fiesta, ni en época de vacas gordas, tampoco lo hizo para dar línea a favor de sus propuesta de reforma energética ni menos para lucirse inaugurando obras o empresas de esas que dejan millones y millones de dólares en inversión, más bien lo hizo para apoyar a una región del Estado que vive la tragedia, que está dañada, y con muchas perdidas económicas.

Es la actitud del presidente la que dejó callados a los enemigos de Tamaulipas, a esos que querían hacer tormentas en un vaso de agua, a los que no podían ver que todos los delegados federales (y obvio el presupuesto que manejan en el Estado) son propuesta de Egidio Torre Cantú, lo que refleja que se atendía una amistad y un compromiso con la Entidad para estar bien.

Más aún, Peña Nieto no llegó a Tamaulipas a llorar y a decir “que pena siento por los damnificados”, traía una propuesta, traía dinero, traía despensas, cobijas, el compromiso de que permanecería la Marina y el Ejército apoyando en labores de rescate y rehabilitación de viviendas dañadas y de hacer planes a largo y mediano plazo.

A eso nos referíamos, a que más vale que llegué el presidente con dinero y con apoyos, en los momentos difíciles para Tamaulipas, y no solo a sonreír, a quedar bien, o a hacer promesas que quien sabe cuando se cumplan, o nomás para cumplirle caprichos a quien sabe quien.

Por lo demás, hay que ponernos a jalar, a hacer las cosas que estén en nuestras manos para que todo vaya mejorando, para que el pueblo tenga un apoyo en estos días difíciles, y nunca despegando la vista de lo urgente y menos de lo necesario.

Para sintetizar, hay que seguir machacando con la idea de que necesitamos mejor infraestructura para estas ápocas, en las ciudades mejores drenajes pluviales, vías de comunicación más seguras en la zona rural mejores caminos y vados y apoyarlos para que tengan mejores casas, pero al mismo tiempo, hay que ponernos a juntar víveres y despensas como lo hace el PAN de Tamaulipas, como lo hace la CNC, como lo hacen instituciones, la Cruz Roja, la UAT, y personajes que quieren a nuestra sociedad que ni falta hace mencionarlos porque lo hacen de corazón.

A eso nos referimos, a que lo urgente no debe hacernos olvidar lo necesario, y a que debemos aprovechar las coyunturas y la buena relación que existe entre la Federación, el Estado y los Municipios, para que todo resulte lo mejor posible para nuestra gente y esto que ahora vivimos no se vaya a repetir en pocos años.

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