El anuncio del muro se produce en un contexto político en el que Biden enfrenta presiones tanto de su partido como de la oposición en relación con la inmigración y la seguridad fronteriza. Las elecciones de 2024 y la percepción de debilidad del presidente pueden haber influido en esta decisión que, aunque no agradó completamente a ninguno de los lados, busca reforzar la imagen de control en la frontera.
Durante la visita de los secretarios Blinken y Mayorkas a México, el Gobierno de Joe Biden anunció la aprobación de la expansión de 32 kilómetros del muro fronterizo en el sur de Texas, desviando la atención de los acuerdos bilaterales y generando controversia. México expresó su rechazo a la medida y su postura en contra de la construcción de muros, aunque reconoció la cooperación en otros aspectos. Por su parte, Estados Unidos justificó la expansión del muro como una necesidad para prevenir la entrada ilegal de personas. Esta decisión puso de manifiesto la presión que enfrenta Biden en materia de inmigración y seguridad fronteriza de cara a las elecciones de 2024, generando debate tanto en su partido como en la política exterior.
Durante la visita de los secretarios de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a México, se anunció la expansión de 32 kilómetros del muro fronterizo en el sur de Texas, medida que sorprendió a ambas delegaciones y desvió la atención de los acuerdos bilaterales. La medida generó controversia y preguntas tanto en el Gobierno mexicano como en los medios de comunicación.
La canciller de México, Alicia Bárcena, expresó el rechazo del Gobierno mexicano a la expansión del muro, subrayando su compromiso de construir puentes en lugar de muros. A pesar de esto, destacó la cooperación bilateral en otros aspectos, evitando un conflicto directo durante la visita de Blinken y Mayorkas.
El anuncio del muro se produce en un contexto político en el que Biden enfrenta presiones tanto de su partido como de la oposición en relación con la inmigración y la seguridad fronteriza. Las elecciones de 2024 y la percepción de debilidad del presidente pueden haber influido en esta decisión que, aunque no agradó completamente a ninguno de los lados, busca reforzar la imagen de control en la frontera.
