Opinión con sentidoPolítica

Desde la quinta dimensión……

Por: Eduardo C. Galán


Con el telescopio bien calibrado, que las estrellas del momento enfoquen en nuestro lente…..
La historia de nuestra política actual involucra a los valores y principios de la cuarta
transformación los cuales nos han invitado a retomar mandamientos bíblicos como reglas de
conducta en la política, en la sociedad e incluso de las finanzas públicas siendo esto un novísimo
canon para la ejecución del poder público y privado.


Sin embargo hablar de estos valores que remontan a miles de años atrás de nuestra época actual
resultando algo referencial más no un obligatorio, en especial para los que son los personajes
protagonistas de la política pública me refiero a que podemos ver a la derecha, a la izquierda y
al centro de las ideologías políticas existiendo en el goce de la corrupción, de la cual se habla
abiertamente que ya ha sido extinta; sin embargo seguimos viendo vivo al elemento de máxima
practica “el amiguismo” que en algún momento se habló como el gigante de los problemas y que
hoy se habla sarcásticamente como erradicado (yo diría transmutado), puesto que aún vemos a
los hermanos, a los hijos, primos, cuñados e incluso uno que otro nuevo compadre, que sin
ningún soporte previo realizando actividades corruptas y elaborando actividades fuera del
procedimiento legal que les corresponde a su investidura de servidores públicos.


Las interrogantes para esto no acaban, iniciando con ¿por qué esto no tiene fin?, aunque hoy
esto indebido se ha dictado como agravio a las reglas inquebrantables; será acaso que dichas
reglas están presentadas para romperse y el ímpetu del ser humano es implacable para la
omisión del respeto común.


Todo está situación real, palpable y además evidente nos permite dar análisis con claridad que
existe el cumplimiento de “la teoría y la práctica distan mucho de coincidir”, por lo cual entonces
los hombres y mujeres que hoy hablan de la cuarta transformación y sus bondades, en su cabal
ejercicio nos ha reflejado que será imposible por ellos que cumplan con esas condiciones
prácticamente divinas.


Seamos prácticos, los partidos son los responsables de generar a los aspirantes idóneos que
hayan cumplido con una normativa y que se les haya realizado un estudio exhaustivo de cuáles
son sus habilidades, escala de valores y calidad de principios.


Es cierto que la educación es lo más importante, aunque el concepto del termino educación es
difícil de definirla si nos regimos por los títulos y las acreditaciones cuando hoy en día las
instituciones políticas, es decir los Comités Ejecutivos Nacionales han dejado de acreditar la
capacitación objetiva y de cumplimiento comprobado de los que son sus verdaderos ases, alfiles
y/o escuderos de toda su ideología.


Las instituciones han dejado de poder refrendar aportes valiosos que realicen actividades
propias de un ciudadano con características básicas de honestidad, dignidad e higiene social.
Estamos en el un limbo donde se tiene que escoger “al menos peor”; sigamos con las
interrogantes, dónde están los políticos libres de pensamiento, propulsados con una visión y no
por una ambición, el ciudadano que apuesta por una sociedad con futuro inmediato, ya nadie
quiere ser invitado a la kermes de la promesas falsas.


Cómo reto, a todos los interesados y de igual forma a los que les incomoda lo descrito se les
invita a publicar en sus redes el respectivo CV que los ampara acompañadas de las estrategias
de beneficio a la sociedad, eso sí, con su formal diseñó y análisis para que demuestre la seriedad
de sus acciones. Espero una reacción igual a cero, porque hoy lo que se necesita es trabajar por
la comunidad sin la expectativa de ser remunerado, y cierro con lo siguiente:


“Quien por ayudar quiere cobrar, no merece ni como propina la confianza de sus semejantes”

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