Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
La inteligencia artificial (IA) ha venido resolver la vida a quienes están negados para las tareas administrativas y creativas. Lo que antes hacía un contador, un copywriter o un diseñador ahora lo crea un programa en línea; parece un milagro, pero algunos especialistas han descubierto que estos sistemas en realidad copian y mezclan creaciones de gente real, es decir, solo simulan ser originales. Esto nos hace recordar la ‘campaña’ extranjera presidencial de Francisco García Cabeza de Vaca: pura simulación.
Incluso el proceso interno de la alianza opositora para elegir al candidato presidencial se está convirtiendo en su propia caricatura, y esta observación proviene de una de sus participantes más relevantes. Xóchitl Gálvez ha expresado sus dudas sobre la captación de firmas de algunos aspirantes. Y tiene razón: es imposible que alguien, sin recorrer presencialmente el país, convenza desde su USA a 150 mil personas.
Xóchitl comienza a sospechar de una mano negra que manipula la selección del candidato. Alguien ha inflado a algunos aspirantes por algún interés oculto. Personas que no llegaban ni a las 30 mil firmas de pronto ya rebasaron la cuota. No dijo nombres pero podemos estar seguros, que uno de esos es García Cabeza de Vaca.
El reynosense siempre ha parecido alcalde, legislador local, senador y gobernador, pero nunca se ha elevado realmente a las alturas de las Ciencias Políticas. Como alcalde de Reynosa se cansó de asignar contratos de manera directa, y como diputado local ocupó el primer lugar de inasistencias en la 60 Legislatura.
Por eso nos vino a la mente su imagen cuando Gálvez se refirió a maniobras siniestras dentro del bloque opositor. Esto es muy parecido con la trayectoria política de García Cabeza de Vaca, donde lo usual es engañar, fingir y simular. Es el hombre de las mil máscaras, y la más reciente de ellas es hacerse pasar por perseguido político.
Tal vez, al principio, sus disfraces convencieron o timaron a más de uno, y de esa manera logró avanzar en la vida pública. Su hoja curricular impresiona a primera vista, pues ha sido desde diputado local, hasta gobernador. Haber ocupado varios cargos puede ser indicador de un gran talento político o de un tráfico descarado de influencias. El caso de García de Vaca es el segundo, igual que Eugenio Hernández, que pasó de alcalde a gobernador pero cayó en desgracia precisamente por su falta de escrúpulos y al día de hoy sigue en la cárcel.
La realidad es que los tamaulipecos ya reprueban a García Cabeza de Vaca y lo han manifestado en las últimas dos elecciones, la de 2021 y la de 2022. Los ciudadanos fueron empoderando a Morena desde hace tres años, a pesar de la intervención del entonces gobernador. El panismo-cabecismo ya no representa a las mayorías en el estado.
Él mismo lo sabía, por eso impulsó reformas que extendían su influencia en los organismos autónomos después de dejar el gobierno. El cabecismo está muerto, a nadie le interesa ni es una alternativa política, de futuro ni de nada. Es pura cáscara y simulación.
Su campaña por la candidatura presidencial está condenada al fracaso desde el momento en que ha perdido fuerza como figura pública en su propio estado. En otros estados del país ¿quién puede estar interesado en García Cabeza de Vaca como candidato presidencial si ni en su ‘casa’ lo quieren? No lo pelan en Tamaulipas, mucho menos en el resto del país.
Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, e incluso Enrique de la Madrid tendrían más apoyos como representantes de el bloque opositor que García Cabeza de Vaca. Ahora que el reynosense presume haber alcanzado las 150 mil firmas para competir por la candidatura, y que Xóchitl denunció manejos raros en la interna, es muy posible que el ex gobernador ha conspirado para tener presencia nacional.
A Cabeza de Vaca no le interesa el proceso, la candidatura, ni la misma presidencia, ya que es consciente de que sus posibilidades son nulas. Lo que busca es justamente lo que siempre lo ha movido en la política: negociar, traficar influencias, acordar intereses de grupo. El panista es un extorsionador de cargos que se hace pasar por una figura importante.
La desgracia para el frente Va por México es que en la fotografía del candidato elegido aparezca Francisco García Cabeza de Vaca como acompañante o como parte del equipo, ya que este es su único propósito. Solo votos en contra le va a traer, al menos en un estado tan lastimado por este hombre.