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Secretaría de Administración: Cementerio de promesas incumplidas.

Da Jesús Lavín Verástegui ‘jarabe de pico’ a Tamaulipas
Sentido Común
Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Los hechos no nos dejarán mentir: las promesas del Secretario de Administración de Tamaulipas se las llevó el viento. Eran humo.

El prometido aumento salarial a los empleados estatales no ha llegado. La inversión pública con empresarios locales, para reactivar la economía, tampoco. Hasta parece que sigue gobernando Cabeza de Vaca.

Hemos sido testigos de por los menos seis cambios de gobierno y esta es la transición más lenta de todas. El periodo de aprendizaje e impulso, generalmente, tardaba 90 días, pero ya van nueve meses sin que la administración 2022-2028 arranque.

Porque comprar patrullas y camionetas no es realmente arrancar; eso es comodidad para funcionarios. Para decir que un nuevo gobierno ha arrancado (y subrayo “nuevo”), la gente debe sentirse satisfecha. Pero aquí sucede al revés: no es el pueblo sino los puestos altos los más satisfechos.

Jesús Lavín Verástegui comenzó de arriba para abajo; tramitó con rapidez la adquisición de 22 camionetas de lujo Tahoe y Suburban High Country, mediante arrendamiento, con un costo total de 63.2 millones de pesos. De hecho, ya se mueven en ellas. Sin embargo, ante el reporte de 400 escuelas sin abanicos, donde se sofocan los hijos de los trabajadores, se ha quedado mudo.

Es el Secretario de Administración perfecto… para un gobierno del PRIAN, pero no para uno humanista.

Voy a referirme ahora a una de sus promesas más sonadas en febrero de este año. En un acto público, Lavín Verástegui se comprometió a subir en un 82 por ciento los salarios más bajos de los empleados gubernamentales, hasta homologarlos. Dijo correctamente que había personal por debajo del salario mínimo oficial, y que serían los primeros en recibir el beneficio.

Información de primera mano nos permite asegurar que el secretario no ha cumplido su palabra, o lo ha hecho a medias. En realidad, ya autorizó compensaciones (o “compes”), pero a los mandos medios y altos, prácticamente a los recomendados, que ni siquiera son de Morena. El personal operativo, o sea, los de abajo, los mandaderos, los auxiliares, los choferes, ellos siguen igual. Esto nos ha sido confirmado desde las áreas de trabajo.

Lavín Verástegui otra vez comenzó por los de arriba, igual que en la adquisición de vehículos. Había dicho que la homologación comenzaría con los del nivel inferior de la administración, que es el 50, pero esto nunca ocurrió. Se esperaba que este personal pudiera recibir el mínimo actual de $6,210 pesos mensuales, pero no les llegó nada. Al presente, sigue habiendo trabajadores que ganan $4,000 mensuales.

Con Cabeza de Vaca, se aplicó un visceral veto comercial a empresas de la capital y aún de otras regiones del estado. Al perder el PAN la gubernatura, los emprendedores recibieron con esperanza al nuevo gobierno de izquierda. La misma llegada de Jesús Lavín Verástegui a la Secretaría de Administración se consideró una señal de la ansiada recuperación económica.

Sin embargo, en lo que respecta a 2023, la oportunidad está perdida. Más que derrama económica, habrá recorte del gasto; quitaron a Tamaulipas 1,400 millones de pesos en los primeros cuatro meses del año. Se trata de una medida superior a la voluntad de Lavín Verástegui, pero su deber, al menos, es informar cuándo se harán las compras con proveedores locales para no crearles falsas esperanzas.

Respecto al derecho a la información, el secretario cumple con eso, pero los datos que aporta son ínfimos para lo que Tamaulipas está esperando de él.

Por ejemplo, Cabeza de Vaca ejerció alrededor de 300 mil millones de pesos en los seis años de su gobierno, una verdadera fortuna que no se convirtió en mejor calidad de vida para la gente. Lavín Verástegui, ante los diputados locales, aseguró que durante la revisión al sexenio cabecista encontró un faltante de 30 millones de pesos. ¡Ni el 1 por ciento de todo lo que gastó el panista! En términos absolutos, se puede decir que no encontró nada.

Y lo mismo sucede con el tema de los “aviadores”. El secretario de Administración se ufanó de haber descubierto a 89 personas que estaban dados de alta, cobraban el salario, pero no se presentaban a laborar. 89 empleados, cuando el gobierno estatal tiene alrededor de 10,000 personas en la nómina. Otra vez, cifras minúsculas, que hablan de un desempeño mediocre de su parte.

Funcionarios como Jesús Lavín han de pensar que estas son ideas de periodistas, que solo a los informadores les interesan estos temas y que nadie pone atención en estos comentarios. Pues, le tenemos malas noticias.

Nosotros no actuamos por iniciativa propia para abordar estas cuestiones. Es la gente la que se comunica con uno, la que denuncia los abusos, las promesas incumplidas, las fallas de gobierno. A nosotros nos llegó directamente el mensaje de que el personal operativo continuaba con su viejo salario, sin un centavo de aumento.

El secretario de Administración no le está fallando a la prensa; le está fallando a los ciudadanos. Y todos tienen memoria cuando salen a votar.

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