Columnas

Schekaibán

Por Oscar Díaz Salazar

En un tiempo en el que lo único permanente es el cambio, en una época de transformaciones aceleradas, en un era que se caracteriza por las modificaciones rápidas y profundas a la realidad y al paisaje, la política no es ajena a esta dinámica y también en esa actividad se experimenta y valora el cambio.

Los expertos en mercadotecnia política, y en política a secas, nos hablan de la conveniencia de ponderar el cambio, y la ventaja que tienen los actores políticos, de manera natural los opositores, de colocarse como los impulsores del cambio, en la lucha por obtener (o conservar) el poder.

Ofrecer el cambio, entonces, es lo más conveniente para quienes incursionan en política y se involucran en la lucha por un espacio de poder. Pero hay excepciones a esta regla, muy raras, muy contadas y muy poco aprovechadas, y se presentan cuando se trata de grupos políticos, partidos o actores, que buscan conservar una posición, con el antecedente de un ejercicio excepcionalmente bueno, o por lo menos muy bien valorados.

Es lo que ocurre con el Director de Servicios Públicos de Tampico, Pepe Schekaibán, quien pretende ser el candidato del PAN y el presidente municipal de Tampico, con la narrativa y la oferta política de darle continuidad al trabajo realizado por Chucho Nader, en el que Schekaibán ha colaborado con efectividad, en una área clave para el éxito de la administración municipal, en una responsabilidad que ha hecho posible que sea realidad el eslogan del gobierno, que afirma y presume que Tampico Brilla.

Schekaibán se abre paso en las preferencias de los tampiqueños, y del gran elector al interior de su partido, mostrándose como la opción que garantiza ser el más apto para darle continuidad a la labor de Chucho Nader, su jefe laboral y líder político, a quien ha acompañado en todas sus contiendas políticas.

Continuidad y no el cambio que recomiendan los expertos, es una oferta política de excepción, para una realidad de excepción. Una fórmula a la medida de las circunstancias que viven los tampiqueños, que han tenido un buen gobierno en los últimos cinco años, y aquí debo agregar que no hay gobierno perfecto y que siempre habrá áreas para mejorar y temas que demandan más atención.

Creo que es correcta la lectura que de las circunstancias ha hecho Pepe Schekaibán, y a partir de esto, la apuesta de ofrecer continuidad en el relevo gubernamental que la ley manda.

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