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Olga Sosa, secretaria ornamental

Sentido Común
Mauricio Fernández Díaz

Secretaría del Trabajo se hunde como el Titanic

Ciudad Victoria.- Por su incapacidad, desprestigio y frivolidad, Olga Sosa Ruiz se ha convertido casi en una aliada del cabecismo; tan mal ha dejado a la administración 2022-2028 en el tema laboral que hasta parece militar en la oposición. Por cierto, ella viene justamente de ahí, del priismo corrupto y neoliberal. Por eso no sorprende que sea la secretaria peor evaluada del gabinete estatal.

No se puede disimular el atraso en que ha caído Tamaulipas en derecho laboral a partir de 2022, y esto por culpa únicamente de Olga Sosa. Ahora, en un gobierno humanista, la maquiladora Kemet, de Ciudad Victoria, le ofrecía 3 por ciento de incremento salarial a sus trabajadores; ni siquiera el índice inflacionario de 2022. Y eso en las narices de la Secretaria del Trabajo.

Como nadie la respeta ni la oye, después de 40 años de operación, cerró la empresa Componentes Universales de Matamoros S.A de C.V., en aquella ciudad fronteriza, dejando en la calle a 600 trabajadores, casi todos jefes y jefas de familia, algunos con 33 años de antigüedad. Se fueron sin despedirse pero, sobre todo, sin indemnizar al personal.

Pero estamos hablando ya de la etapa actual de hundimiento de la Secretaría del Trabajo. Este naufragio comenzó tan pronto como llegó Olga Sosa Ruiz a la titularidad, el 1 de octubre de 2022.

Eran las primeras semanas de la administración 2022-2028 cuando la nave capitaneada por Sosa chocaba con incidentes graves. En menos de 31 días, dos trabajadores fallecieron por accidentes de trabajo debido a la falta de supervisión del Comité de Seguridad, que vigila la Secretaría.

El 6 de septiembre de 2022, un operador de carga y descarga quedó prensado entre dos vagones del ferrocarril, en el Puerto Industrial de Altamira. La Fiscalía confirmó la muerte de Luis Ángel N, pero se negó a revelar el nombre de la compañía donde laboraba, un dato del que no había razón para callar u ocultar.

Después, el 17 de octubre del año pasado, un técnico murió electrocutado mientras subía por una torre metálica de transmisiones, también en el Puerto Industrial de Altamira.

El pobre hombre, identificado como Elfego N, se vino abajo, a una altura de 20 metros, y cayó sobre la techumbre de unas bodegas. Murió en el acto, también como resultado de su actividad laboral.

Un hermetismo sospechoso arrojó la Secretaría de Olga Sosa sobre estos accidentes fatales, como si temiera importunar a las empresas cuando su verdadera responsabilidad es enfrentarlas, precisamente en casos de este tipo, que vulneran el derecho laboral y, más aún, la vida misma del trabajador.

A estas alturas, todo puede pasar en asuntos laborales en la entidad, desde el desconocimiento del derecho de huelga hasta la persecución de líderes sindicales y el cierre súbito de empresas sin liquidar legalmente al personal. Hay Secretaría del Trabajo, pero no hay autoridad; la ningunean penosamente.

Esto nos hace recordar como llegó Olga Sosa Ruiz a la dependencia, cuando el doctor Américo Villarreal no siquiera la tenía considerada. Y no por un motivo personal sino por su bajo perfil y falta liderazgo, todo lo que hoy afecta a la Secretaría.

Sosa Ruiz, arquitecta de formación, venía de perder aparatosamente la alcaldía de Tampico en 2021; Chucho Nader trapeó con ella en esa elección. Desesperada porque también finalizaba su gestión como diputada federal, corrió a los brazos de Mario Delgado, su compañero de la Cámara de Diputados. Él la recomendó en la administración estatal, y fue así que aterrizó en la Secretaría del Trabajo; las consecuencias están a la vista.

Al parecer, ha vuelto a acariciar la idea de buscar la alcaldía de Tampico como candidata de Morena. Ningún otro prospecto haría más feliz a los panistas

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