Por Oscar Díaz Salazar
No lo harán los constructores que se quedaron sin trabajo, porque los contratos los monopolizaron una decena de socios y prestanombres del gobernador.
No lo harán los periodistas que dejaron de recibir el pago por sus servicios desde hace más de un año.
No lo harán muchos de los panistas que con su trabajo construyeron el triunfo, pero no fueron convocados a las tareas de gobierno.
No lo harán las figuras del PAN tamaulipeco a quienes no se les invitó a un gobierno integrado mayoritariamente por forasteros.
No lo harán los ciudadanos decepcionados por el regreso de los priistas al gobierno.
No lo harán los priistas, a quienes se les despreció para integrar una coalición formal, y se les sigue dividiendo con ofertas de trabajo, candidaturas y negocios.
No lo harán los empresarios formales y debidamente establecidos, a quienes no se les convoca a hacer negocios, pues estos los acaparan los socios del gobernador.
No lo harán los habitantes de las colonias populares en donde siguen igual de descuidados sus barrios y no percibieron mejoría alguna con el gobierno panista.
No lo harán las familias de las víctimas de los abusos de la policía estatal.
No lo harán las personalidades que han sufrido persecución política como Carlos Cantú Rosas, Leticia Salazar, Susana Prieto, etc.
No lo harán los familiares y amigos del ex gobernador Eugenio Hernández Flores.
No lo harán los familiares y amigos de sus ex colaboradores que fueron maltratados o despedidos por negarse a avalar actos ilícitos.
No lo harán las decenas de empresarios que aportaron fondos a su campaña, y no han sido correspondidos.
No lo harán los señores de los poderes fácticos con quienes hizo compromisos, para llegar, y luego no cumplió.
No lo harán los centenares de exservidores públicos despedidos del gobierno del estado, a quienes ni siquiera les han cumplido el pago de su finiquito.
No lo harán los empresarios restauranteros y sus trabajadores, a quienes les restringen el horario de actividades, para favorecer a otros y/o para aplicar un cobro que les permita extender el horario de funcionamiento.
No lo harán las miles de familias de escasos recursos que dejaron de recibir despensas.
No lo harán las miles de familias que cada año pierden todo sus patrimonio con las inundaciones.
No lo harán la miles de familias que solo tienen agua en sus tuberías un par de horas a la semana.
No lo harán los ciudadanos que reprueban los actos de corrupción, el tráfico de influencias, los abusos policiacos, el nepotismo, el enriquecimiento escandaloso e inexplicable, la ineptitud, los subejercicios, la ineficiencia administrativa, el despilfarro, las obras inútiles, el culto a la personalidad, el abandono, las mentiras, la falta de agua, la deficiencia en los servicios públicos, las promesas incumplidas, la simulación, la corrupción, los moches, la inseguridad, los secuestros, los conflictos.
