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No hay ni para pipas de agua, pero Adriana Lozano si tiene para 14 Suburbans blindadas.

SENTIDO COMUN
Mauricio Fernández Diaz

Ciudad Victoria.- En marzo, el periódico español El País, en su edición digital, daba a sus lectores el siguiente mensaje: “La peor sequía en 40 años ahoga a Tamaulipas”. Eso nos consta, pero a algunos funcionarios parece que se les olvida.

El lapsus mental de estos burócratas se debe indudablemente a que residen en sectores donde siempre hay agua, fraccionamientos bonitos de clase media alta y acceso restringido. Hablamos de Ciudad Victoria, capital del estado, donde residen los secretarios estatales.

Las autoridades municipales se han volcado a ayudar a las familias que viven en zonas donde no llega el líquido. Para atender la demanda de 60 colonias en la capital, se adquirirán 12 pipas de agua en junio de este año. Sin embargo, si continúa la sequía severa, aumentará la necesidad de pipas.

Y de la zona del altiplano, mejor ni hablemos. “La parte de Tula, la parte de Miquihuana, es donde realmente no hay agua ni siquiera para tomar”, reveló recientemente la Comisión Estatal de Agua Potable de Tamaulipas (CEAT).

Hay sequía extrema en 9 municipios del estado, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua. Estos son Abasolo, Cruillas, Guerrero, Matamoros, Mier, Miguel Alemán, San Fernando, Soto la Marina y Nuevo Laredo.

Además, se declararon “anormalmente secos” Antiguo Morelos, Gómez Farías, Jaumave, Llera, Mante, Méndez, Nuevo Morelos y Xicoténcatl, que se suman a Burgos, Bustamante, Cruillas, Hidalgo, Mainero, Miquihuana, Ocampo, Palmillas, San Carlos, San Nicolás, Tula y Villagrán.

Las autoridades se han coordinado para abastecer a la población de pozos profundos, ya que la presa Vicente Guerrero, el de mayor embalse, está a un 17 por ciento de su capacidad.

Con los pozos y algunas técnicas para retener los escurrimientos y el agua de lluvia, se da alivio a las familias que pasan hasta dos semanas sin servicio de agua. Con las altas temperaturas del verano, la necesidad se incrementará.

Y aunque saquen agua suficiente de pozos, norias y cavernas, ahora faltan pipas para hacer una distribución adecuada a la población. Es demasiada la gente que pide el vital líquido, pero los vehículos son escasos. Hay ejidos enteros en el centro del estado esperando por el envío.

Para un estado con un presupuesto de 70 mil millones de pesos, adquirir pipas para el reparto de agua es un paso sencillo. Entonces, ¿por qué no lo hacen? Porque Adriana Lozano, tesorera del estado, ha preferido comprar 19 camionetas Suburban y Tahoe, blindadas; las más cómodas, caras y elegantes en su tipo.

Si está usted pensando que esas camionetas solo pueden transportan algunos galones de agua a los municipios, se equivoca completamente; no son para eso. Son para el cómodo traslado de los secretarios estatales.

Decisiones como ésta distorsionan la imagen del gobierno 2022-2028 de servir a los más necesitados; en política, parecer es igual de importante que ser. Con la compra de vehículos de lujo, el de Morena parece claramente un gobierno fifí, un gobierno panista.

El error será todavía mayor en julio, cuando se incremente la demanda de agua y, por lo tanto de pipas que la transporten, como ocurrió el año pasado en Nuevo Laredo, que se sintió rebasado por la presión.

Sin embargo, para Adriana Lozano la presión número uno es garantizar un viaje placentero y rápido a lo largo del estado a los funcionarios. Argumentó que la compra de las camionetas Suburban es necesaria porque las actuales, debido al desgate de años, los dejaban tirados en carretera. ¡Cuánta fealdad!

Pero el plan de Lozano es más ambicioso porque incluye tres camionetas blindadas. El modelo de vehículo con esas características podría costar más de 4 millones de pesos por unidad. Con el costo de una camioneta blindada podrían obtenerse hasta cinco camiones con su tanque de 10 mil litros.

De hecho, ya tiene asignados los tres vehículos blindados sin haberlos comprado: serán para Sergio García Chávez, secretario de Seguridad Pública; Héctor el “Calabazo” Villegas, secretario de Seguridad Pública, y el tercero, para ella, Adriana Lozano, secretaria de Finanzas.

Atravesamos por un periodo difícil marcado por la inflación, el bajo crecimiento y la polarización política. Son los problemas que se viven abajo, en la calle, día con día. Las personas esperan decisiones razonables de parte de los funcionarios públicos, acciones que enderecen un poco las cosas. Pero Adriana Lozano, con la mente fuera de la realidad, se pone a hacer cálculos para comprar unas camionetas formidables sin meditar un poco en las prioridades de la gente.

Debido al bajo pronóstico de lluvias de este año, podemos vaticinar que en julio habrá un clamor en varios municipios de Tamaulipas por la falta de agua. No estamos sembrando discordia ni deseando el mal a nuestro estado; al contrario, queremos el bien.

Pero comprar camionetas costosas, en estos momentos, no le hace bien a los necesitados.

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