La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
El alcalde de Tampico, Tamaulipas, Jesús Nader, ha resultado uno de los más efectivos e impactantes, jefes edilicios de la entidad. Seguramente, es una de las ciudades con menos fugas de agua potable y drenaje de la región; uno de los lugares más seguros de la comarca y uno de los sitios con servicios públicos más funcionales en muchos kilómetros a la redonda.
Sin duda, el puerto, está dentro de los municipios con mayores estándares cualitativos de desarrollo en todo el noreste mexicano.
En Coahuila, sólo dos ciudades se le pueden equiparar; en Nuevo León, algunas tres y si nos extendiéramos a San Luis Potosí, ni uno de sus municipios supera los índices de confortabilidad que disfrutan los tampiqueños.
Esa capacidad de resolver, de Chucho, se ha construido a base de visión, constancia y responsabilidad; esa virtud, gira sobre cuatro emblemáticas acciones de su gobierno: la remodelación del parque de la Laguna del Carpintero; el Festival Cultural municipal que en mucho supera a la propuesta de la Directora de Cultura, de la IV T en el estado; el Vivero Didáctico y ahora se sacó de la manga otra novedad: el acuario municipal.
Ese cuarteto de proyectos, están a la vista de la sociedad porteña y municipios contiguos; han tenido un impacto, necesariamente benéfico para Nader, en la opinión pública de la sociedad tamaulipeca del sur.
Una de las herramientas propagandísticas de Chucho, es la Laguna el Carpintero. Le cambió el rostro a la ciudad. De un espacio abandonado por decenas de autoridades municipales, pasó a convertirse en el lugar por excelencia para el esparcimiento de miles de tampiqueños, maderenses, altamirenses y tamaulipecos.
(A los que habría de sumar sin duda, a turistas de otras partes del país, que han hecho del estado un santuario turístico).
Si algo ha hecho el trabajo de Nader y colaboradores, es delinear un marcado orgullo de vivir en Tampico y ser tampiqueño.
Y eso, no es asunto menor; sobre todo, porque existen ciudades tamaulipecas que se significan por bandolerismos de todos tipos; o por tener o haber tenido, alcaldes tristemente célebres por su actitud rapaz y sinvergüenza.
Cómo no recordar a Magdalena Peraza, a Fernando Azcárraga, Oscar Pérez Ingüanzo, Gustavo Torres Salinas y otros, que pasaron por la alcaldía con más penas que glorias. Y que dejaron la ciudad, como la agarraron: en una penosa medianía.
Se podrá argumentar que el puerto, cuenta con un presupuesto de primer nivel. Es cierto. Sólo que Altamira, casi se le equipara en asuntos de pesos y centavos y es uno de los municipios menos desarrollados de la entidad.
O Reynosa, que ronda los 3 mil millones de pesos al año de ejercicio, que podría ser calificada como la ciudad de mayores dolencias en el rubro de los servicios públicos. O Nuevo Laredo, cuyo presupuesto oscila entre los 3 mil 500 a 4 mil millones anualmente, y es un lugar para el lamento.
Lo exitoso de Nader, ha sido no ideologizar su actividad de gobierno. Trabajó a la par con su correligionario de partido, Francisco García Cabeza de Vaca y sigue haciéndolo con el gobernador morenista, Américo Villarreal Anaya. Lo otro evidentemente, es la estructura de colaboradores que han concretado todos aquellos proyectos; el Secretario de Obras Públicas, funciona; la Directora de Cultura, opera; y la Dirección de Servicios Primarios, trabaja.
Chucho, poco ha salido del puerto.
Lo que ha extendido su presencia hacia otras geografías, es su labor al frente del Ayuntamiento que preside. ¿Cómo no ver, ese tetraedro de atractivas obras? ¿Cómo no comparar el entorno porteño, con el que priva en otros lares? ¿Cómo no contrastar el PAN tampiqueño con el PAN fronterizo?
A nivel regional, Nader, se ha consolidado como la única opción válida y valiosa, del panismo tamaulipeco, para el 2024.
