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Melhem y Alejandra son extensiones del cabecismo para 2024

Sentido Común
Mauricio Fernández Diaz

Ciudad Victoria.- Edgar Mehlem y Alejandra Cárdenas, del PRI, también tienen esperanzas de alcanzar un cargo en las elecciones del 2024. Como el partido se vació de cuadros, prácticamente cumplirán su propósito. Quizás su única preocupación sea elegir entre una candidatura de mayoría o una de representación proporcional. Si eligen la primera opción, tendrán que luchar con su pasado, pues los ciudadanos no olvidan que ambos han estado al servicio de Francisco García Cabeza de Vaca.

Ni modo, les tocó bailar con la más fea; es decir, debieron aceptar como su líder de facto al reynosense, ya que el pan encabeza la alianza opositora y es segunda fuerza en Tamaulipas, donde Acción Nacional tiene mejor estructura y más preferencias que el Tricolor.

Sin embargo, como legisladores, su legado en la 65 legislatura del Congreso de Tamaulipas es el legado cabecista, que se compone de una serie de reformas legales para extender la influencia del ex gobernador en los organismos autónomos de justicia y desgastar a la administración del doctor Américo Villarreal Anaya.

Si Irving Barrios Mojica, en vez de concluir en… , continuará hasta el 2027 como fiscal general del estado, casi el mismo periodo que el Gobernador, no se debe tanto los diputados locales panistas sino a Edgar Mehlem y Alejandra Cárdenas, quienes aportaron los votos que la derecha necesitaba para reformar la Constitución del Estado.

El dinero que hoy falta para cubrir tantas necesidades es consecuencia de la mala administración de Francisco García Cabeza de Vaca. Con una deuda de 16,000 millones de pesos en bancos y contratos sospechosos con proveedores se justificaba una investigación que llegara a sus últimas consecuencias. Pero esto difícilmente será posible mientras Barrios Mojica, aprobado como fiscal por el pan y el pri, se encargue de esa función.

El trabajo de melen y Cárdenas No busca satisfacer a los ciudadanos. Busca satisfacer a cabeza de vaca. Por eso son responsables de las taras que frenan algunos asuntos de interés público.

Son responsables, por ejemplo, de la permanencia de Jorge Espino Ascanio como titular de la auditoría superior del estado, cuya actitud arrogante y parcial impide conocer las cuentas públicas del ex gobernador panista y sus colaboradores cercanos.

Son responsables igualmente, de solapar a Rafael Ramírez Castañeda, fiscal anticorrupción, quien no ha solicitado una sola orden de aprehensión en contra de los ex funcionarios que saquearon administración pública en el gobierno pasado, pero sí se esforzaba en perseguir a figuras de morena.

Tanto Melhem como Cárdenas, además, son dos sobrevivientes de un partido en etapa terminal debido al castigo de los electores por las muchas agresiones sufridas de sus gobiernos.

La desconfianza hacia el Partido Revolucionario Institucional puede atribuirse a varias causas que por desgracia todavía están presentes .

Por décadas, el PRI gobernó de manera predominante y se vio envuelto en numerosos escándalos de corrupción. La percepción generalizada de corrupción dentro del partido y la falta de rendición de cuentas han generado desconfianza en los ciudadanos.

A lo largo de su historia, el PRI mantuvo un sistema político caracterizado por el autoritarismo y el control absoluto del poder. Esta forma de gobierno generó un ambiente de desconfianza hacia el partido, ya que se percibía como una organización que no respetaba la voluntad popular ni garantizaba la participación ciudadana en la toma de decisiones.

No logró impulsar un crecimiento económico sostenido ni reducir la pobreza de manera significativa. Esto generó frustración y desconfianza en el partido, especialmente entre aquellos que esperaban un progreso económico más equitativo.

Por años, fue considerado un partido político dominante y se asociaba con prácticas políticas y estructuras obsoletas. La falta de renovación generó la percepción de que no era capaz de adaptarse a las demandas y necesidades de la sociedad contemporánea.

A pesar de todo, diputado y diputada deben seguir en él si aspiran a una posición propia, pues el PAN no se las regalará.

Es probable que Edgar Mehlem busque una candidatura plurinominal para diputado federal o senador, aunque esté en tela de juicio su dedicación al bienestar de los tamaulipecos después de haberse subordinado tanto a la agenda del cabecismo, cuyo propósito nunca fue, precisamente, el bienestar de los tamaulipecos.

Por su parte Alejandra Cárdenas anda muy activa y se deja ver en reuniones de vecinos en la capital, de la que quiere ser alcaldesa, de acuerdo con muchos pronósticos. Algunos despistados hasta la apoyan, pero ella solo ha mostrado un interés egoísta en sí misma y jamás ha servido a Ciudad Victoria. De otro modo, no hubiera aprobado las reformas panistas qué tanto daño le han causado precisamente municipio.

Más aún, de llegar Edgar Mehlem y Alejandra Cárdenas como candidatos en las elecciones del 2024, se plegarán a los planes de la derecha y se dedicarán a obstaculizar y a disminuir el trabajo del gobernador Américo Villarreal, en quien la gente ha depositado sus esperanzas.

Aunque se registren bajo las siglas del PRI, Melhem y Cárdenas serán otros tantos candidatos de Cabeza de Vaca

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