ColumnasPrincipal

La incondicional

Tania Contreras cobra pero no desquita como Consejera Jurídica
Sentido Común
Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- El día que Tania Contreras López llegó a la Consejería Jurídica del Gobierno del Estado, la mafia cabecista hizo fiesta; sabían de antemano que sería incapaz de deshacer los candados impuestos a los cambios legales. En efecto, a nueve meses de finalizar la administración panista, los organismos autónomos siguen en su poder y dificultan la marcha del gobierno de Américo Villarreal.

Bien dice el presidente López Obrador que, al elegir funcionarios, vale más el encargo que el cargo. A Tania le encargaron recuperar las fiscalías y los organismos sembrados de panistas mediante leyes reescritas; sin saberlo, se convirtió en una de las influyentes de este gobierno.

El doctor Américo Villarreal trae consigo el respaldo de la sociedad y de la Presidencia para crear condiciones de vida más justas; con el panismo solo se benefició a los ricos. Ahora hay un gobernador que piensa en la gente, pero le han sembrado obstáculos operativos.

Villarreal le encomendó a Tania Contreras diseñar iniciativas y controversias para sacar a los funcionarios espurios que dejó Cabeza de Vaca. Era indispensable separarlos para la buena marcha de la administración 2022-2028.

Pero el encargo le quedó grande a Contreras López; en nueve meses todo sigue igual, o tal vez peor, ya que los panistas retrasan los planes de la Cuarta Transformación, como es el caso de Jorge Espino, Auditor Superior del Estado, quien se niega a entregar las cuentas de García Cabeza sin importar que lo ordene el Congreso Local.

Otro caso es el del Fiscal Anticorrupción, Raúl Ramírez, personaje indigno de confianza por incriminar principalmente a figuras de Morena y dilatar las denuncias contra cabecistas.

Si este orden de cosas pervive o se ha fortalecido, es por culpa de Tania Contreras López.

De nadan sirven, pues, ni el respaldo de la sociedad ni el del Presidente si la Consejera Jurídica es un fracaso como integrante de la primera administración de izquierda en la entidad.

Quizás eso explica su ineptitud para cumplir con la encomienda. Se necesita alguien formado en la lucha social, en el pensamiento progresista y anticonservador, no a alguien modelado en el PRI corrupto, como Tania Contreras López.

Apoyada por ese partido, ejerció como secretaría general de la 62 Legislatura del Congreso del Estado, presidida en ese momento por el priista Ramiro Ramos Salinas. Se trata de la patética legislatura que le entregó el poder a Francisco García Cabeza de Vaca. Pero no conforme con eso, aún le daría más.

Con su típica cobardía, antes de finalizar su gobierno, Egidio Torre envió una iniciativa para quitarle el requisito de “ser tamaulipeco” al titular de la Fiscalía General de Justicia, que entonces se llamaba Procuraduría General de Justicia. Un arreglo fútil, cosmético, sin relevancia. Pero venía cargado de veneno.

Tania Contreras, como secretaria del Congreso, pudo defender el derecho de los nacidos en Tamaulipas a ocupar la procuración de justicia y perseguir el delito. Pero se quedó muda como una piedra y dejó que reformaran la Ley interna sin al menos defender lo propio.

Gracias a eso, hoy la procuraduría está en manos de Irving Barrios Mojica, originario de la Ciudad de México y ex funcionario panista de Felipe Calderón.

A la desventaja de venir del PRI, hay que sumar sus carencias como estratega, todavía más graves. Entre los abogados la describen como tesonera y trabajadora, pero nada brillante ni adelantada; resuelve en tres días lo que a otro le tomaría una hora. Y esto último se confirma al ver el tortuguismo para recuperar los órganos autónomos, usurpados hoy por los panistas. Ni siquiera ha movido las denuncias federales que dejó presentadas Santiago Nieto.

Un error suyo estuvo a punto de quitarle la gubernatura ganada a Américo Villarreal, ya que le recomendó volver al cargo de Senador con el fin de obtener fuero contra alguna posible orden de aprehensión local; por hacer eso, casi le impide al doctor protestar como gobernador. Tan pronto leyeron la Constitución, volvió a pedir licencia.

Luego de estas pifias, quién sabe que fuerza humana o sobrenatural la mantiene en la Consejería Jurídica; la priísta no da el ancho para los altos objetivos de la Cuarta Transformación en Tamaulipas. Le piden consejos, le conceden el mando, pero ella, en toda su vida, solo ha sabido escuchar y obedecer. Carece del más simple liderazgo, pero neciamente se lo dan.

En estos días, Tamaulipas sufre por el intenso calor, por la falta de agua y por las condiciones inhumanas de las escuelas públicas, muchas sin abanicos. No se lo merece, pues ha elegido un cambio de gobierno para mejorar. Pero tampoco se merece funcionarios decorativos, inútiles, parasitarios, porque cuestan lo mismo que varios equipos de ventilación que hoy hacen tanta falta a los niños.

Muchos tamaulipecos preferirían reinvertir el presupuesto público en abanicos y climas que en la Consejera Jurídica, quien recibe más un millón y medio de pesos al año sin hacer nada.

Notas relacionadas

Botón volver arriba